Destilería japonesa trabaja por auge mundial del whisky

Por primera vez en veinte años, los empleados de la destilería japonesa Nikka Whisky trabajarán en turnos de día y de noche para satisfacer la demanda mundial de whisky producido en Japón. Sin embargo, los mejores frutos de su trabajo probablemente no estén en el mercado hasta al menos unos diez años, dado el tiempo que lleva envejecer las mejores cosechas. Los destiladores japoneses se han beneficiado, pero también han sido víctimas, de la sed mundial de whisky, y se proyecta que el mercado crezca un 19% a US$147.600 millones en los cinco años hasta 2023, según Euromonitor International. La nación asiática se ha ganado una reputación de whiskys de calidad, pero debido al largo tiempo de envejecimiento, el auge actual ha pillado desprevenidos a los destiladores, que no pueden satisfacer la demanda. El año pasado, Suntory Holdings Ltd. se quedó sin Hakushu 12 y Hibiki 17. Ahora Nikka, propiedad de la mayor cervecera de Japón, Asahi Group Holdings Ltd., se apresura a expandir la producción. La destilería ha suspendido las ventas de algunas de sus principales marcas, que incluyen Taketsuru, Yoichi y Miyagikyo. Nikka está aumentando la producción en un 20%, con una inversión de 65.000 millones de yenes (US$606 millones) en los próximos dos años para construir nueva infraestructura y duplicar los turnos. Nikka es el segundo mayor destilador de whisky de Japón, después de Suntory. “No estamos enviando lo suficiente”, dijo el portavoz de Asahi, Masato Ishihara. “El mercado aumentará a medida que la reputación del whisky japonés crezca en el país y en el extranjero”. Se proyecta que la demanda total de whisky japonés aumentará un 7% anualmente hasta 2022, según Bloomberg Intelligence.

Curiosidades: En inglés, se escribe “whisky” en Escocia y Japón; en el resto del mundo es “whiskey”. La demanda interna de whisky japonés alcanzó un máximo en 1983, según la Agencia Tributaria Nacional, pero disminuyó a medida que cambiaron los gustos de los clientes, lo que también provocó que algunos destiladores redujeran la producción. No obstante, en los diez últimos años, la bebida ha ganado adeptos conforme el highball, una mezcla de whisky y refrescos, se popularizó en Japón. “La popularidad del whisky continuará”, dijo Hiroshi Ito, director ejecutivo de la Asociación de Fabricantes de Licores y Bebidas Espirituosas de Japón.