En contraste con muchas noticias violentas, de robos, y un clima de desconfianza entre vecinos, por la cuarentena, un hecho trascendió en Charata, con el accionar de dos jóvenes que se encontraron dinero en una moto que habían comprado, y lo devolvieron.

Eduardo “Paco” Schrotlin es empleado en una estación de servicio, y junto a su primo habían ido días atrás a comprar una moto, que ni siquiera era para ellos, sino para una hermana que vive en Tres Isletas. “con esto de la cuarentena se atiende por turnos, así que acordé todo con el concesionario, y fui con mi primo. Nos entregaron todos los papeles, nos explicaron lo de la garantía, y yo le digo a mi primo lleva la moto vos, yo me voy en el auto”, hasta aquí la primera parte del relato de una compra normal.

“Cuando llegue a mi casa,  mi primo estaba en la vereda con la moto, y yo le digo, entrala, pero él estaba nervioso, y me dice no, mirá abajo del asiento. En el baúl había  plata y cheques (la cifra rondaba el medio millón de pesos, se enterarían después).  Ahí nomás fuimos en la misma moto a devolverlo. Se ve que quedo guardado como una caja fuerte, en el baúl, por ahí pensando que si entraran a robar, es el lugar que no van a revisar”, continúa contando Paco.

“Hay muchos que me dijeron no sé si devolvería, pero fuimos criados así, y nos inculcaron valores”, dijo, aun riéndose de la extraña fama que le genero su gesto, tanto a él como a su primo “Estamos recibiendo muchos llamados, la gente nos escribe, y algunos nos cargan”, agregó.

En momentos donde furtivamente miramos a nuestros vecinos, o donde la violencia y los robos, son moneda corriente, el gesto de Paco y su primo, generó un aire fresco, no solo por devolver el dinero, sino porque incluso el propio Paco le gastó una broma al gerente, mientras iba a devolverle la plata, diciéndole que la moto ya había viajado a Tres Isletas, para luego llegar al concesionario a devolver el dinero.