El FMI se reúne pero demora la señal política que espera el Gobierno

El Gobierno esperaba una señal política del FMI para calmar las aguas en septiembre. En medio del turbulento cierre de agosto, con nuevo récord del dólar y de caída de reservas en un mes, más nuevas medidas del Banco Central para contener la salida de dólares, el directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional se reunió para tratar el caso de la Argentina. Se catalogó como una reunión informal, después de la misión que trajo al país al director para el Hemisferio Occidental, Alejandro Werner, y el jefe del staff Argentina del Fondo, Roberto Cardarelli, quienes se reunieron tanto con el nuevo ministro de Hacienda, Hernán Lacunza y el titular del BCRA, Guido Sandleris, como con el candidato a presidente por la oposición, Alberto Fernández, quien emitió un duro comunicado tras el encuentro. El objetivo de la reunión del directorio del FMI fue escuchar de primera mano las impresiones sobre el futuro político y económico del país. El encuentro en Washington duró cerca de dos horas. “Silenzio stampa”, calificó un ex funcionario del FMI tras la reunión del board, sobre la que fuentes del organismo dijeron que sólo era informativa. “Aunque así lo sea, el directorio se va a ir formando una idea de la situación, lo que va a influir en los términos de referencia de la misión de revisión y en la decisión que eventualmente se tome acerca del desembolso”, indicó una fuente que conoce el FMI desde adentro.

Hoy el hombre con poder de decisión, con Christine Lagarde ya fuera y su silla todavía vacante es el funcionario que la reemplaza temporariamente, el número 2, David Lipton,  por estos días de vacaciones. Fue Tao Zhang quien lideró el encuentro. “Los directores ya están al tanto”, señala un ex funcionario que también conoce el Fondo desde adentro, para quien la reunión fue para informar al resto sobre la situación. Consultado por la reunión, el FMI se limitó a destacar el caracter informal y reiteró que estaban en “estrecho contacto con las autoridades”. Cuando la misión se fue de Buenos Aires, el comunicado del organismo señaló que -tras los anuncios de Hernán Lacunza sobre reperfilamiento de deuda y el pedido explícito de renegociar con el Fondo- evaluarían las medidas. Pero no hubo comunicación oficial sobre qué apreciación hizo el directorio ejecutivo sobre la presentación de Cardarelli. Revisión. Pese a que se descontaba el giro del FMI, algunas fuentes del mercado lo ponen en duda. Según uno de los especialistas de mercado con base en Wall Street, el Fondo Monetario podría poner el acuerdo en pausa. Si se mira  las metas hasta junio, fueron cumplidas. “Pero el Fondo también mira las metas a futuro”, aseguró un ex negociador de la deuda local.

El punto a definir es cuándo llegará la misión para revisar las cuentas y habilitar -o no- el desembolso de los US$ 5.400 millones que están previstos para el 15 de septiembre en el cronograma oficial del acuerdo Stand By firmado con la Argentina. El ‘reperfilamiento’ anunciado esta semana, es decir, un estiramiento de los plazos de pago, puede aumentar las posibilidades de que el FMI lleve adelante el desembolso, indicó uno de los ex negociadores.  Para los analistas del mercado, el cambio de plazos es una condición establecida por el mismo FMI. Según el organismo internacional, el reperfilamiento debería ser  una herramienta para los casos de deuda con el sector privado y con los prestamistas bilaterales, según señala en sus papers. Se trata de un estiramiento del vencimiento promedio de los títulos de corto plazo. En un seminarios sobre renegociación de deuda, el Fondo indicó que la deuda internacional y doméstica puede incluirse, en línea con los anuncios que hizo esta semana Hernán Lacunza. “La palabra reperfilar es más light: duele un poco menos. Pero no es sólo semántica: quiere dejar en claro que no habrá quitas de capital, solo extensión de plazos de vencimiento. Eso, de cualquier manera, debería decidirlo el Congreso”, evaluó el economista de CEPA Hernán Letcher. Desde la consultora Economía y regiones señalaron que “la actual relación Argentina vs. FMI puede constituir un punto de inflexión histórico en este sentido. En este sentido, no descartamos la posibilidad (alta) que la futura negociación Argentina-FMI sea muy complica y emerja un trade off entre default al FMI y el default a los bonos soberanos. Sin (con) quita al FMI, mayor (menor) haircut a los bonos soberanos. Como puede verse, hay que descontar un escenario muy complicado”, indicaron.