El Gobierno compró 22 millones de dosis de la vacuna de Oxford

La compañía AstraZeneca confirmó hoy que se firmó el acuerdo para suministrar a la Argentina más de 22 millones de dosis de su potencial vacuna contra el Covid-19 (AZD1222), desarrollada junto con el equipo de la Universidad de Oxford liderado por Sarah Gilbert.

La entrega está prevista para la primera mitad del año próximo, “en caso de que los ensayos en curso resulten exitosos y después de la aprobación correspondiente por parte de las autoridades regulatorias”. La compañía aclaró que está avanzando en su respuesta a los desafíos sin precedente de la pandemia y que brindará un acceso amplio y equitativo a su inmunización sin ganancias durante la emergencia sanitaria.

El 1° de octubre se inició un proceso de “revisión continua” del producto en desarrollo ante la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). Se trata de una herramienta regulatoria flexible que se utiliza para avanzar en la evaluación de un medicamento o vacuna durante una emergencia de salud pública. AZD1222 fue la primera vacuna contra el Covid-19 en ser aceptada para este proceso por la EMA. Cuatro días más tarde, el 5 del mes último, la división local de AstraZeneca empezó a trabajar con la agencia reguladora argentina (Anmat) en un proceso similar.

Mientras continúan los ensayos clínicos de fases II/III en el Reino Unido, Estados Unidos y Brasil, y de fases I/II en Sudáfrica, Japón, Kenia y Rusia, también se iniciaron protocolos de revisión en otros países, como Canadá, Japón, Brasil, Suiza, Australia y Corea del Sur.

Son estas pruebas las que finalmente permitirán determinar si la vacuna genera protección contra el SARS-CoV-2, y medir la seguridad y las respuestas inmunes en hasta 50.000 participantes en un amplio rango de edad y diversos grupos raciales, étnicos y geográficos.

Para estimular la respuesta inmune, la vacuna británica utiliza una versión debilitada de un virus del resfrío común (que causa infecciones en chimpancés) que contiene el material genético de la proteína espiga que el SARS-CoV-2 utiliza para ingresar a las células humanas.