La OMS clasificó las bacterias en tres grupos

Funcionarios de salud del ente internacional crearon una campaña global para que los gobiernos de los países la adopten.

En ConBienestar se mencionó en varias ocasiones la preocupación de profesionales de la medicina y de funcionarios de políticas sanitarias a nivel global sobre la propagación cada vez mayor de la resistencia a los antibióticos.

Fueron varias las teorías que se analizaron sobre la nueva “fortaleza” de las bacterias convertidas en superbacterias, y la gran mayoría apunta a un exceso de automedicación, entre otras factores.

“La resistencia a los antimicrobianos es uno de los riesgos contra la salud más urgentes de nuestra época y amenaza con deshacer un siglo de progreso médico”, advirtió esta semana el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, al presentar la campaña, que fue llamada con el acrónimo inglés “AWaRe”, que significa “ser consciente de algo” o “estar informado“.

Tres grupos de resistencia

Para contener la resistencia antimicrobiana “creciente y hacer un uso más seguro y efectivo de los antibióticos”, la OMS los clasificó en tres grupos, los cuales son el eje central de AWaRe.

El primer grupo son los antibióticos “de acceso”, es decir aquellos que se administran para tratar las infecciones más comunes y graves; en el segundo grupo están los antibióticos “bajo vigilancia”, que deberían estar siempre disponibles en el sistema de atención médica y, por último, figuran los “de reserva“, que deben usarse con moderación o solo como último recurso. La OMS estima que más del 50% de los antibióticos en muchos países se usa de manera inadecuada, como por ejemplo para tratar virus en lugar de infecciones bacterianas.

“El objetivo es aumentar la proporción del consumo mundial de antibióticos en el grupo de acceso al menos en un 60% y reducir el uso de los aquellos con mayor riesgo de resistencia que están en las categorías bajo vigilancia y de reserva”, detalló el organismo internacional en un comunicado. El uso de antibióticos en el primer grupo reduce el riesgo de resistencia porque son antibióticos de espectro reducido, que se dirigen a un microorganismo específico en lugar de a varios, explicaron.