Mientras enfrenta serios problemas por las condiciones de su alcaidía y múltiples sectores, los tribunales de Comodoro Py se preparan para una puesta a punto general. Seguridad y espacio son las variables sobre las que se trabaja en la principal sede de la justicia federal, tras años de abandono. La mira está puesta en varios ítems. El primero, un convenio firmado para instalar 16 cámaras de seguridad perimetrales en las calles que rodean el edificio. “No existe seguridad sistémica hasta ahora en Py”, coinciden las fuentes. También se instalarán escáneres para ingreso al edificio, por el que a diario circulan alrededor de 3 mil personas entre empleados y visitantes. Hasta ahora, el ingreso y egreso es sin control de ningún tipo. Como muestra quizá valgan dos hechos. El primero, ocurrido a una joven sumariante, en una fiscalía cuando tomaba declaración a un imputado. En un momento, el hombre pareció acordarse de algo y fue entonces cuando le consultó a la empleada si podía estar armado en el edificio, porque había olvidado dejar su arma en su casa y la tenía en la cintura. No fue el único episodio. Hace poco más de un año, un hombre abrió el despacho de un magistrado y lanzó una denuncia en un papel. Más allá de la anécdota, todos se preguntaban qué hubiese sucedido si arrojaba otra cosa.

Se busca que entre 30 y 60 días esté todo el material comprado para luego comenzar el proceso de instalación. Además de la inversión en cámaras y escáneres, parte del plan es aumentar el número de efectivos policiales. Espacio. Se prevé la entrega de parte del edificio Libertad, de la Armada, ubicado al otro lado de la avenida Comodoro Py. Lo asignado tiene 400 metros y supone una liberación para los abarrotados juzgados y fiscalías. También está prevista la remodelación y uso del noveno piso, que hasta hace poco más de un año estuvo ocupado por un bar. También está prevista la disposición de 1.000 metros de archivo sobre la Avenida de los Inmigrantes.