Irán: detuvieron a 28 periodistas

Al menos 76 personas ya fueron asesinadas por las fuerzas de seguridad de Irán en la represión a las protestas que desató la muerte de Mahsa Amini a manos de la Policía Moral por llevar mal la hijab.

El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) informó este jueves que al menos 28 trabajadores de prensa fueron detenidos en Irán desde que estallaron las protestas por la muerte de la joven kurda Mahsa Amini ocurrida hace 13 días en dependencias policiales.

“Las fuerzas de seguridad crean un ambiente de miedo en los vecindarios cuando allanan las casas de los periodistas, ahuyentando a las familias y vecinos para asegurarse de que nadie informe sobre los arrestos o hable con los medios, especialmente los de habla persa en el exilio”, denunció en un comunicado el CPJ, organismo independiente con sede en Nueva York.

Uno de ellos habría sido Elahe Mohamadi, del periódico prorreformista Hammihan, según informó su propio medio de comunicación en su perfil de Telegram.

Su hermana, Elnaz Mohammadi, reportera política de la revista bimestral Andishepuya, también fue detenida.

La fotoperiodista Aria Jafari habría sido detenida el miércoles en Isfahán, mientras que la primera periodista en ser privada de su libertad fue Nilufar Hamedi, quien se encuentra en régimen de aislamiento en la prisión de Evin de la capital, Teherán.

El CPJ agregó hoy a la lista otros dos nombres, el de la reportera freelance (cuentapropista) Mobin Baluch, quien fue detenida en Baluchistán, y el de Farshid Ghorbanpur, que escribe para el portal de noticias persa 7sobh.

Amini, una joven kurda de 22 años, murió el 16 de septiembre mientras estaba bajo custodia de la Policía de la moral tras haber sido detenida por llevar mal puesto el velo islámico.

Las autoridades niegan que haya sido víctima de una golpiza mortal por parte de los agentes.

Su asesinato provocó una ola de protestas en varias ciudades del país, incluida Teherán, en las que muchas mujeres procedieron a quitarse sus pañuelos y a quemarlos en público, además de numerosas muestras de repudio internacionales.

El Gobierno reprimió con virulencia las manifestaciones, que dejaron al menos 76 muertos, según la ONG Iran Human Rights (IHR).