Tras el caos en las sucursales que puso en riesgo a los más vulnerables, el Presidente se enojó con sus funcionarios y pidió armar un cronograma.

El gran esfuerzo realizado en la Argentina para intentar frenar la propagación del coronavirus se vio comprometida desde la madrugada del viernes cuando miles de jubilados se agolparon en las puertas de los bancos en el primer día de cobros de la jubilación de abril. El plan convenido por el Gobierno con municipios y la seguridad no funcionó y quedó en riesgo la población más vulnerable.

Por esa razón, el presidente Alberto Fernández mostró su enojo y convocó una reunión urgente “hasta que haya una solución” por las largas filas en las entidades bancarias de personas que necesitaban cobrar sus jubilaciones y asignaciones familiares.

El mandatario no quiere que se vuelva a repetir el mismo escenario mañana y pasado, cuando las entidades abran de manera excepcional.