“Confinamiento”, la palabra del año

La ya clásica “distinción” tuvo directa relación con el estado de las cosas en el mundo. Otras contendientes fueron coronavirus, infodemia, resiliencia, Covid-19 y teletrabajo.

La palabra del año es “confinamiento” para la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE), promovida por la agencia EFE y la Real Academia Española (RAE). Nunca antes una palabra expresó una suerte de “léxico familiar” de un momento del mundo, testimonio de una experiencia que todavía perdura en muchos países. Excepto el personal de salud, los trabajadores esenciales y los millones de precarizados que intentan sobrevivir exponiendo sus cuerpos al virus, 2020 fue el año en que vivimos confinados. “La crisis sanitaria derivada de la pandemia de la covid-19 es la protagonista del año y las medidas implementadas para frenarla han cambiado radicalmente nuestra forma de vivir y de hablar”, argumentaron desde la institución la elección de confinamiento entre una lista de doce candidatas en la que se encontraba coronavirus, infodemia, resiliencia, Covid-19, teletrabajo, conspiranoia, (un) tiktok, estatuafobia, pandemia, sanitarios y vacuna.

Somos también lo que hablamos; las palabras que usamos son nuestra materia estelar. La Real Academia Española agregó una nueva acepción de confinamiento en la última actualización del Diccionario de la Lengua Española (DLE), para adecuarla a la realidad que millones de personas han vivido con motivo de la pandemia de Covid-19: “aislamiento temporal y generalmente impuesto de una población, una persona o un grupo por razones de salud o de seguridad”. La Fundación del Español Urgente señaló que la palabra del año es una mejor alternativa frente al anglicismo lockdown para designar la reclusión forzosa de la población en sus domicilios y reconoció que son muchas las palabras que podrían definir este año, “pero hay una que nos ha afectado a todos por igual”.

El listado de palabras del año incluye a selfi (2014), refugiado (2015), populismo (2016) y aporofobia (2017), un neologismo que significa miedo a los pobres, acuñado por la filósofa española Adela Cortina (Valencia, 1948) en varios artículos periodísticos y en su libro Aporofobia, el rechazo al pobre. Un desafío para la democracia (Paidós), en los que advertía sobre el hecho de que se suele llamar “xenofobia” o “racismo” al rechazo a inmigrantes o refugiados, cuando en realidad esa aversión no se produce por su condición de extranjeros, sino porque son pobres. 2018 fue el año de la palabra microplástico y en 2019 se optó por emojis.