Coronavirus: dudas y certezas sobre la Ivermectina

La Sociedad Argentina de Infectología dice que no hay evidencias de calidad que justifiquen su uso de forma masiva. Misiones, Salta, Corrientes y Tucumán aprobaron su uso.

Qué sí, que no. Por un lado, aseguran que la ivermectina, un fármaco antiparasitario, es efectiva contra el COVID-19 y que las vacunas no son necesarias. Pero la realidad es que, según especialistas consultados, la sustancia dio resultados positivos in vitro contra el SARS-CoV-2 y en algunos estudios clínicos acotados, pero aún está en investigación.

“La dosis que se propone para el COVID-19 es más alta que la que recomienda la Organización Mundial de la Salud. En la Argentina se produce para uso veterinario, pero no vi un ensayo clínico que es lo que se exigía con el uso del plasma”, advierte Laura Bover, directora del laboratorio de anticuerpos monoclonales e investigadora argentina del M.D. Anderson Cancer Center de Houston, Estados Unidos.

La experta aclara que se están dando dos indicaciones sobre la ivermectina: una cómo uso preventivo y otra, como tratamiento.

Pruebas con la ivermectina:

  • Existen estudios en curso sobre su eficacia contra el COVID-19, pero aún no se comprobó que sea totalmente efectiva.
  • Algunas evidencias señalan que existe una mejoría en el 30% de los enfermos tratados, pero no hay pruebas de que sirva para prevenir el contagio.
  • Hay farmacias y veterinarias que se quedaron sin stock del producto, aunque se vende solamente bajo receta.
  • Hay cepas que se replican más rápidas que otras y, por lo tanto, no a todos les sirve la ivermectina de la misma manera.
  • No es una droga inocua y aún en dosis terapéuticas puede provocar un número frecuente (>10%) y considerable de efectos secundarios adversos, desde leves a graves.
  • Resultados preliminares (sin publicación ni revisión de pares) de una investigación realizada en la Argentina evidenciaron que la administración de ivermectina al triple de dosis habitual en 45 pacientes habría producido mayor eliminación del virus en secreciones respiratorias, pero sin correlación con mejoría clínica.
  • En humanos y para infecciones por SARS-CoV-2, no hay dosis probadas. Se proponen esquemas con dosis tres veces superior a la normal sin ponderar efectos adversos.
  • La utilización de una medicación en carácter de uso compasivo, solo se encuentra autorizada para pacientes debidamente identificados, lo que excluiría el empleo de la ivermectina en forma masiva.
  • El uso de ivermectina se asocia con una duración reducida de la enfermedad febril en COVID-19 en un entorno ambulatorio (de pacientes no hospitalizados).
  • Se cree que este medicamento tendría un efecto inmunomodulador, es decir que ayuda al organismo a fortalecer su respuesta inmunogénica, a tal punto que el organismo puede defenderse de mejor manera.
  • Según argumentan los que están a favor del uso, bajaría la carga viral ante los casos de COVID-19 positivo, durante los primeros días.

En el portal Clinic Trials se encuentran 49 ensayos clínicos que se desarrollan o se proponen con el fármaco para conocer los efectos que podría tener ante el COVID-19. Sin embargo, tan solo seis presentaron resultados en ese sitio web.

Alejandro Krolewiecki, investigador del Conicet en el Instituto de Investigaciones de Enfermedades Tropicales de la Universidad Nacional de Salta (IIET, UNSa) y quien encabeza uno de los ensayos clínicos, dijo que se está administrando en Misiones, Corrientes, Salta, y Jujuy. “Sabemos que lo están implementando. Lamentablemente, no todos utilizando el medicamento de la misma manera”, señaló. Es decir, que difieren en la dosis y la duración de los tratamientos.

“Hay distintos estudios que usan distintas dosis. Es ahí donde todavía falta un poco de claridad, de pensar juntos, y tratar de resolver cuál es el uso más seguro y eficiente del medicamento”, agregó Krolewiecki.