Día del Trabajador Sanitarista

Su trabajo es fundamental para garantizar el acceso al agua potable.

Hoy se celebra el Día Nacional del Trabajador Sanitarista y se recuerda un trabajo clave para la salud de todos los argentinos, aún más en estos momentos tan críticos.

¿Por qué se celebra los 15 de mayo de cada año? Ese día, pero en el año 1874, se puso la piedra fundamental para la construcción de la Planta de Purificación y Potabilizadora en el barrio porteño de Recoleta.

¿En qué contexto se realizó esa obra? Aunque no parezca, hay una estrecha relación entre esa fecha histórica y ésta que estamos viviendo a raíz del Covid. En 1871, hubo una tremenda epidemia de fiebre amarilla, que terminó con la vida de miles de personas. A raíz de la epidemia, se formó una Comisión de Aguas Corrientes.

En ese marco, la obra mencionada en Recoleta es la primera en su tipo, que venía una finalidad simple pero efectiva para la salud: separar el agua potables de las aguas servidas o agudas usadas.

Charles Edward Amory Winslow fue una figura importante en el mundo de la salud pública. El estadounidense, que fue micólogo y botánico, definió a la salud pública con las siguentes palabras.

“La Salud Pública es la ciencia o el arte que busca prevenir enfermedades para prolongar la vida, la salud y la eficiencia física mediante esfuerzos organizados en la comunidad, la educación del individuo en cuanto a la higiene personal y la organización de servicios médicos”.

En ese contexto, el trabajador sanitarista es un actor importante en ese fin de garantizar a la comunidad una organización que permita esos objetivos.

La mencionada obra de salubridad fue clave para mejorar el sistema de aguas en todo el país. El plan fue más allá de esa construcción: implicó un cronograma de saneamiento integral, convocando para ello al ingeniero inglés Juan Federico Bateman.

Luego de los primeros trabajos, hubo un intento de privatizar la planta, que fracasó ante las sucesivas crisis político-económica argentinas en 1891. De esa forma, los servicios quedaron en manos de la Comisión Nacional de Obras de Salubridad de la Capital.

En la actualidad, en el marco de las medidas de aislamiento social, preventivo y obligatorio dispuesto por el gobierno Nacional para evitar la propagación del COVID-19, los trabajadores sanitaristas no dejaron nunca sus labores.

Su trabajo resulta fundamental para garantizarle a la población algo tan esencial para nuestra salud como el agua, con responsabilidad social y el compromiso de siempre.