El 55% de los argentinos no realiza controles auditivos

Un hábito que no está consolidado y que resulta tan importante como detectar de manera temprana la hipoacusia. Especialistas coinciden en lo fundamental que resulta que se evalúe a todos los recién nacidos a nivel auditivo. Con un diagnóstico precoz, esos niños podrán ser equipados de modo de no ver afectado su desarrollo, crecerán y se relacionarán como normo oyentes.

La llegada de un bebé al mundo llena de alegría a toda la familia. Que tenga buen peso al nacer y que se lo vea “sanito”. Sin embargo, no siempre estos parámetros serán el reflejo de que todo esté absolutamente bien. Existen diferentes dolencias que no se notan a simple vista pero que es fundamental detectar lo antes posible. La sordera profunda es una de ellas.

“El poder actuar frente a una hipoacusia detectada en forma temprana, es decir, en los primeros meses de vida, significa tener la posibilidad de lograr que niños hipoacúsicos desarrollen habilidades auditivas y lingüísticas comparadas con las de niños con audición normal”, explica el Dr. Eduardo Hocsman, Jefe del Sector Otología e Implantes Cocleares del Hospital de Clínicas “José de San Martín”.

Así, en este punto, pasa a tener un rol fundamental lo que se conoce como screening auditivo universal –que son estudios no invasivos de la audición del recién nacido- que en nuestro país es ley y es obligatorio realizar antes que el niño sea dado de alta del centro asistencial donde haya nacido, sea este público o privado.

En nuestro país contamos con la Ley 25.415 para la detección temprana de la sordera, sancionada en 2001, pero que recién fue reglamentada en 2011, cuando también se creó el Programa Nacional de Detección Temprana y Atención de la Hipoacusia que depende del Ministerio de Salud de la Nación. Según esta norma, “todo recién nacido antes de los tres meses de vida tiene derecho a ser evaluado auditivamente y tratado luego de los seis meses en forma adecuada”. De este modo y según la reglamentación, si en la maternidad donde nació el pequeño no le realizaron las otoemisiones acústicas, el pediatra debe solicitárselas durante el primer mes de vida. Es un estudio que se puede hacer, también, en los hospitales públicos.

En verdad, resulta muy importante adquirir el hábito de realizar un chequeo anual de la calidad auditiva. Sin embargo, la realidad es muy diferente. Según datos del Estudio sobre Audición de la Población Argentina, más del 55% de la población argentina no tiene el hábito de realizarse controles de audición, así como también el 46,5% de los encuestados de más de 50 años reconocieron que les ha empeorado su audición con la edad.

Volver a escuchar

El implante coclear es un dispositivo electrónico que puede restituir la audición en un paciente con pérdida auditiva severa o profunda, es decir, en niños que no pueden escuchar ni la voz conversada ni gritada, y que no se beneficien con el uso de audífonos. A diferencia de este último, que amplifica los sonidos, el implante coclear sustituye la función del oído interno que está afectado.

De este modo, el implante coclear consta de dos partes, una interna llamada receptor estimulador, que se coloca debajo de la piel, mediante un procedimiento quirúrgico, a unos centímetros detrás de la oreja y con electrodos que van dentro de la cóclea. Y otra externa, llamada procesador de habla, que se conecta con la parte interna, a través de la piel, por medio de un imán.

¿Quiénes son candidatos a recibir un implante coclear? Está indicado en niños a partir de los 12 meses de edad –aunque hay situaciones donde se pueden implantar antes- y adultos que hayan perdido la audición, sin límite de edad máxima. En realidad, el único límite es el estado físico y psíquico que permita una cirugía con anestesia general.

Para determinar si una persona es candidata a un implante coclear debe ser examinada por un equipo interdisciplinario integrado por otólogos, fonoaudiólogos y psicólogos, quienes realizarán una exhaustiva evaluación a fin de determinar si el paciente es apto para recibir el dispositivo y si este debe colocarse en forma uni o bilateral, simultánea o secuencialmente.

¿Cuándo comienza a escuchar un paciente implantado? El encendido del implante se realiza al mes de la cirugía y el mismo puede requerir, para su correcto funcionamiento, calibraciones en forma periódica que van de dos a tres veces por año. El beneficio con el implante coclear va mejorando con las sucesivas calibraciones y, fundamentalmente, con el trabajo que se realiza en las sesiones de rehabilitación auditiva y con el apoyo familiar.

“Si un niño es implantado dentro de los primeros tres años de vida, prácticamente puede tener una escolaridad normal en una escuela de normo oyentes. A mayor precocidad en la edad de implantación, menor será la rehabilitación audiológica que tendrá que realizar ese niño y más rápido los sonidos -desde la voz de sus padres, la lluvia al caer y la música- estimularán su corteza auditiva”, subraya el Dr. Hocsman.

Los números

Según datos oficiales suministrados por el Ministerio de Salud de la Nación, la prevalencia de hipoacusia al nacer es de 1 a 5 / 1000. Es decir, cada año en Argentina esperamos que nazcan entre 700 y 3.500 bebés con hipoacusias de diverso grado y diferentes causas, la gran mayoría son bilaterales, y afectan a las cócleas u oídos internos, sitio donde nace el nervio auditivo.

¿Qué debemos tener en cuenta para cuidar la audición?

– Realizar control auditivo a los bebés recién nacidos (otoemisiones acústicas).

– Realizar audiometría de control al ingreso escolar primario.

– Evitar la exposición a ruidos de elevada intensidad. Usar protección auditiva si se trabaja en ambientes ruidosos.

– No exponerse a música de altas intensidades, principalmente cuidar a los bebés en las fiestas (alejarlos de los parlantes y proteger los oídos).

– Usar con moderación y a baja intensidad los reproductores de música.