El 85% de las mujeres sufre violencia de género

Son datos de la Encuesta Regional de Opinión Pública. Hace foco en la “ruta crítica”: las dificultades que se atraviesan para salir de la violencia.

En el marco del Dia Internacional contra la Violencia de Género, que se conmemora el 25 de Noviembre, se publica la Encuesta Regional de opinión pública sobre el tema. Resultado: el 85% de las mujeres asegura haber sufrido algún tipo de violencia.

El trabajo hace foco, además, en la llamada “Ruta Crítica”: el camino que deben atravesar las mujeres una vez que se dan cuenta de lo que les está ocurriendo y deciden actuar para salir de la violencia.

La filósofa Rita Segato la definió así: “La Ruta Crítica nos abre una puerta y nos lleva por los caminos que toman las mujeres para salir de su situación de violencia. La Ruta empieza con la decisión y determinación de las mujeres de apropiarse de sus vidas y la de sus hijos. Siguiendo esta Ruta, conocemos los factores que impulsan a las mujeres a buscar ayuda, las dificultades encontradas para llevar adelante tal decisión, sus percepciones sobre las respuestas institucionales, y las representaciones sociales y significados sobre la violencia intrafamiliar que existen entre el personal de las instituciones que deben ofrecer respuestas a este serio problema de salud pública”.

La encuesta de Avon, Fundación Avon y Ouiddity se hizo en Argentina, Colombia, Ecuador y México. En Argentina contó con el apoyo de ONU Mujeres y la organización civil La Casa del Encuentro.

El trabajo muestra que existe un alto nivel de conciencia sobre la “violencia de género”, aunque hay un bajo nivel de conocimiento de lo que abarca e implica. 

“La violencia de género es percibida como una problemática estructural que se ha visibilizado socialmente en los últimos años, a partir de la organización y movilización de los diversos movimientos feministas, que lograron permear los medios de comunicación, instalando la problemática en la agenda pública”, dice.

Detalla que la interpretación más generalizada es la que la relaciona a la violencia física, los femicidios y al ámbito doméstico. Y que el resto de tipos y modalidades genera dudas, como pensar que la violencia de género puede afectar también a los varones. 

Argentina es el país con mayor nivel de conocimiento respecto del significado y las implicancias de la violencia de género. La concientización aumenta a mayor nivel socioeconómico, mientras que la percepción de gravedad aumenta a menor nivel. Las personas solteras o sin hijos/as y personas a cargo son quienes muestran mayor conocimiento del concepto aunque son las personas con hijos/as quienes perciben mayor gravedad, detalla la encuesta.

A pesar de haber logrado separarse, el 64% de las mujeres que se divorciaron, manifestaron que sus ex parejas no cumplen con la responsabilidad del pago de la cuota alimentaria.

Por otro lado, 3 de cada 10 mujeres declararon no poder tomar decisiones respecto del manejo del dinero, o hacer uso de él libremente. Esto se dio con mayor frecuencia entre aquellas que trabajan de manera informal (39%).

“En estos contextos, el rol de cuidadoras, especialmente de personas menores de edad, en algunos casos intensifica y diversifica la violencia. Para muchas mujeres, la dependencia económica y el cuidado y protección de otras personas, las ubica en una situación de extrema vulnerabilidad“, asegura la encuesta.

Los motivadores para que las mujeres inicien el camino de la salida de la violencia pueden ser internos (subjetivos) o externos, aunque ciertos factores precipitantes para algunas personas pueden actuar como inhibidores para otras, como el miedo o la presencia de hijos/as. Puede sumarse el temor a la amenaza física.

Por el contrario, el freno está en recibir amenazas, o en el temor a exponerse, a las consecuencias, a perjudicar a sus hijos. También influye el sentir vergüenza, no tener recursos económicos, desconfiar del sistema de protección y justicia. La respuesta esperada es contar con el acompañamiento de la familia, especialistas, funcionarios públicos, una buena terapia, apoyo en la Justicia.   

Alertas tempranas

“La idea de ruta crítica está asociada a situaciones concretas de violencia que requieren intervención. No obstante, la ruta puede actuar como una estrategia de prevención, sobre todo lo que tiene que ver con las alertas tempranas de situaciones de violencia. Si hay una red de contención cerca, personas con las que poder hablar y compartir, todas aquellas situaciones. La violencia raramente se da de un día para el otro, raramente son episodios inesperados sino que vienen atravesados por un cúmulo de situaciones que van legitimando en la persona que la está atravesando un trato que es desigual y que termina en episodios de violencia de distinta gravedad”, explica a Clarín Carla Majdalani, de ONU Mujeres.

¿Qué hacer para que las mujeres no pasen por estas situaciones? “La propuesta es informar, alertar, advertir y también desarticular, deconstruir los mandatos y estereotipos que sostienen y reproducen la violencia. Qué hacer para que las mujeres no lleguen a estas situaciones tiene que ver con todo un entramado previo, y cuando se advierte esto, el rol que puede tener sobre todo el entorno, los amigos, las amigas, la familia, esa red de contención que es la que puede sin dudas alertar y a su vez intervenir”, agrega Majdalani.

Para Ana Inés Álvarez, directora Ejecutiva de Fundación Avon, “La ruta crítica son todas aquellas decisiones que toma una mujer que está atravesando una situación de violencia de género para salir. A veces asociamos que una mujer comienza una ruta crítica sólo cuando ha vivido una situación o un hecho de explosión violenta, pero hay muchas mujeres que comienzan este proceso a partir de empezar a ver aquellas situaciones que viene viviendo hace tiempo y que no le hacen bien y que constituyen violencia. Porque la violencia que vivimos las mujeres no son episodios aislados, son muchas violencias que se van dando a lo largo de la vida, que se van repitiendo y muchas veces naturalizando-“.

“Decimos ruta crítica porque en ese proceso de pedir ayuda, de salir, que no siempre es rápido, que en general es complejo, que involucra muchos actores, hay quiebres. Muchas veces no saben para donde seguir, a quién acudir. Se llama crítica no solo porque es algo que hay que resolver urgente, sino porque tiene un proceso complejo para poder atravesarlo. Tal vez no logremos que las mujeres no lleguen a esta situación de ruta crítica, pero lo que sí podemos hacer es llegar en estadios iniciales“, agrega Alvarez.

¿Qué hacer para prevenir? “Generar una red de contención y escucha mucho más atenta y mucho más empática, que le pregunte a esa mujer cómo está, qué necesita, que respete la respuesta de ella, y que al mismo tiempo sepa dónde reorientarla, para poder seguir este camino en caso de que ella quiera comenzar a pedir ayuda -sigue-. Parte de lo que vuelve menos crítica la ruta es que la mujer pueda saber qué es lo que viene, y la otra parte es que quienes formen parte de la ruta hagan una red que le permita salir de la violencia”.