El crimen del joven payador que conmueve a un pueblo

A Saúl Anticaneo (28) lo encontró su hermana en su casa de Río Mayo, Chubut. Todo estaba ordenado y no faltaba nada. Le dieron tres balazos.

Lo conocían como “El payador de El Chalía”, la pequeña comunidad ubicada en el extremo sur de Chubut, donde había nacido. Amante de los caballos y experto jinete, también participó en varias competencias. El gauchito patagónico había hecho del canto popular y su guitarra sus acompañantes de la vida.

Saúl Anticaneo tenía 28 años cuando, el domingo por la tarde, su hermana lo encontró asesinado de tres balazos en la cabeza. También tenía golpes en la cara. La casa estaba intacta; la puerta de ingreso, entreabierta.

Toda la localidad de Río Mayo, donde vivía, no sale de su estupor. Un artista naciente, al que todos querían, víctima de un brutal asesinato: un tiro en la sien, otro en el pómulo y el tercero en la parte superior del cuello.

Además, presentaba lesiones en el ojo derecho y un corte en el rostro. Para todos, fue un homicidio con saña, del cual hasta el momento no existe siquiera un sospechoso.

Saúl estaba promocionando junto a su amigo Francisco Quilodrán el primer Festival del Peón Golondrina, un homenaje que se le pretendía hacer a los trabajadores que van de campo en campo buscando alguna zafra para ganar unos pesos.

Hace pocos días, subió un video a una red social en la que invitaba a la gente a concurrir a Río Mayo los días 11,12 y 13 de noviembre. Y terminaba, como siempre, con una payada relacionada al tema.

Río Mayo está ubicado en el extremo sur de Chubut, cerca del límite con Chile. Un pueblo tranquilo, de algo más de 3.000 habitantes, donde todos se conocen. Por eso, aún nadie sale de su estupor. Porque además, Saúl era un chico alegre, bien arraigado a lo que amaba: el canto, la payada y las jineteadas. Se presentaba en cuanto festival se realiza dentro y fuera de la provincia. Era un amante de la gente del interior profundo de Chubut. Por eso, visitaba cada pueblito que realizaba su fiesta. O festejaba su aniversario.

La fría crónica policial dice que el domingo, cerca de las tres de la tarde, su hermana fue hasta su departamento ubicado en la esquina de Perito Moreno y Arenales, de Río Mayo. Le llamó la atención que la puerta de entrada estuviera entreabierta. Pero nunca imaginó lo que vería después.

El cuerpo de su hermano estaba en el piso de la pieza, con tres balazos y el rostro herido. En el interior de la propiedad todo estaba intacto. El o los asesinos no intentaron llevarse nada. Incluso Saúl tenía todas sus pertenencias.

La división de Investigaciones Policiales, fiscalía y el gabinete de criminalística busca establecer las causas del asesinato. Por ahora, ni una pista. Creen que el crimen fue cometido entre la 0.50 del domingo y las 15.30 del mismo día. Pero no es demasiado válido por el ancho espacio de tiempo.

Saúl Anticaneo había nacido en la pequeña comunidad de El Chalía. Es una localidad y comunidad aborigen tehuelche ubicada en el departamento de Río Senguer, en el sur de la provincia de Chubut. Se ubica entre Ricardo Rojas y Lago Blanco. La habitan apenas, unas 100 familias.

Desde allí había llegado Saúl a Río Mayo para dar riendo suelta a su pasión: siempre quiso ser payador y su amor por los caballos lo llevó a participar de las jineteadas. Pero tres balazos en la cabeza terminaron con todos sus sueños. Río Mayo y toda la zona está conmovida. Pero también pidiendo justicia para que rápidamente el asesinato sea esclarecido.

Seguramente te recordaremos como ese pibe humilde con su guitarra y entonando las estrofas de alguna payada hacia la vida, hacia el amor, hacia la vida del campo. Disfrutando de cada encuentro con tu público”. Asi lo despidió la comunidad de Río Mayo.