¿El voto en blanco a quien beneficia?

Poco más de 45.000 votos para la fórmula de gobernador y vice y 49.647 para las listas de legisladores provinciales fueron los resultados del voto en blanco en los comicios del domingo, alternativa que desde 2007 viene creciendo en la preferencia del electorado que en muchas oportunidades lo llevó a posicionarse como ‘tercera fuerza‘.

Entre las varias lecturas que pueden realizarse de quien decide sufragar sin acompañar alguna de las propuestas, está que desde lo numérico esta opción termina representando al menos lo necesario para los frentes y partidos para obtener un legislador, dato que no es menor si se tiene en cuenta lo que se avecina para el Parlamento desde el 10 de diciembre, con un oficialismo con quórum propio pero que necesariamente necesitará de consensos para avanzar con las leyes para las que se necesita una mayoría especial.

Si se toman los comicios desde 2007, el voto en blanco fue en alza, alcanzando un pico en 2013 para luego tener una meseta, con una cifra baja en 2017, hasta el domingo cuando volvió a ser la preferencia de un sector importante de los votantes.

Hace 12 años, el voto en blanco contabilizaba 8224 expresiones, en los comicios de medio término de 2009 llegaba a 10.059 mientras que 2011 se ubicaba como la tercera opción al totalizar 19.710 votos.

En 2013, en otra contienda en la que se disputaban solamente cargos parlamentarios, tuvo un crecimiento exponencial hasta llegar a 57.692 voluntades, algo más del 8% del total de votantes de esos comicios, un récord entre los últimos registros.

Hace cuatro años el voto en blanco experimentó un descenso para llegar a 27.092 que se profundizaba en 2017 con 14.752, aunque el domingo volvió a subir.

DIPUTADA 16

Cuando el recuento provisorio alcanzó poco más del 85%, cerca de la medianoche del domingo, se produjo la modificación de la estructura de las 16 diputaciones en disputa, que se habían mantenido prácticamente inalterables durante el conteo inicial.

El oficialismo con el Frente Chaqueño alcanzaba 9 escaños y le birlaba uno a Chaco Somos Todos, que se quedaba con 5 bancas; mientras que las otras dos le correspondían al Frente Integrador.

Si se tienen en cuenta los coeficientes hay una diferencia muy pequeña entre lo que puede definirse como la ‘diputada 16‘, por lo que será clave lo que acontezca en el recuento final para determinar si se confirma el ingreso de Élida Cuesta como novena integrante del Frente Chaqueño o finalmente Claudia González conserva su banca en Chaco Somos Todos.

Si se toman los coeficientes que se obtienen de dividir la cantidad de votos por la de números de escaños, la diferencia entre una y otra son apenas 553 votos. 31.891 representa el noveno legislador para el oficialismo y 31.338 da el sexto lugar para la coalición opositora. Habrá que ver qué pasa con los votos recurridos que son apenas 286 los que existen, pero aún restan 26 mesas por escrutarse a razón de un promedio de 300 electores por cada una.