Esas cifras convierten al país en el tercero con más casos en el mundo. Mientras tanto, el gobierno dispuso que los 83 millones de iraníes se realicen la prueba, pero se oponen a declarar una cuarentena general por temor a desatar un pánico más amplio.

El gobierno iraní confirmó que el número de fallecidos por el coronavirus aumentó a 724, cuando el balance anterior los había fijado en 611, y que el total de casos verificado en el país es de 13.938, frente a los 12.729 del sábado, quedando así como el tercer país con más casos en el mundo.

“En las últimas 24 horas fallecieron 113 personas, y de este modo el número de muertos ascendió a 724” informó a través de su cuenta oficial en Twitter el asesor del ministro de Salud iraní, Alireza Vahabzadeh.

“Y desde el mediodía de ayer se registraron 1.209 nuevos casos del contagio del coronavirus. En total el número de infectados ha alcanzado los 13.938” precisó.

Este nuevo balance tiene lugar después de que el presidente del país, Hassan Rohani, se reuniera este sábado con sus asesores para discutir nuevas medidas de contención para aplicar en el país persa, que ya se convirtió en el tercer mayor foco de contagio después de China e Italia, según informa la agencia oficial de noticias iraní, IRNA.

El virus también ha afectado a las instituciones públicas de Irán.

Diecisiete empleados bancarios murieron hasta ahora y cientos fueron contagiados, mientras que las brigadas de bomberos ha intentado emprender la desinfección de todas las calles del país, pero la falta de desinfectantes y máscaras da a entender que la medida ha sido recibida con profundo escepticismo.

El gobierno quería tener la crisis controlada a finales de las vacaciones del Año Nuevo persa el 2 de abril, una meta considerada ahora poco realista debido a la gravedad de la epidemia en el país, informó la agencia Europa Press.

Los 83 millones de iraníes deberán someterse a pruebas de coronavirus con la ayuda del Ejército que, según el jefe del Estado Mayor, Mohammad Bagheri, también deberán mantener despejadas las calles del país y los caminos rurales.

El gobierno se opone con vehemencia a declarar una cuarentena en todo el país por temor a desatar un pánico más amplio.