La Asociación Chaqueña de Oftalmología (ACHO) hizo pública su preocupación por operativos y campañas de detección de problemas visuales sin médicos matriculados.

La mayoría de los casos se produjeron fuera de los grandes centros urbanizados de la provincia, como Los Frentones, San Bernardo, Presidencia de la Plaza y Machagai.

Personas afectadas

Si bien no se identifican organizaciones ni se individualizan responsables, desde la entidad instan a hacer públicas cualquier situación que reúna características similares.

Por la ACHO, el médico Jorge Kleinsinger narró que se enteró de las atenciones irregulares a partir de lo que iban compartiendo varios pacientes y sobre lo que contaban otras personas afectadas.

En varios flyer que se compartían vía WhatsApp se anunciaban operativos o campañas de detección de problemas visuales. En algunos incluso ya se adelantaban precios de anteojos y montos para dejar una seña.

Las convocatorias incluyen a fundaciones, organizaciones gremiales, centros comunitarios.

La diferencia

Consciente de que en el medio hay gente que quiere hacer un bien, aclara que hay otras que no. Por lo que insiste: en toda prescripción de anteojos debe leerse nombre, firma y matrícula del profesional que los diagnostica.

‘Pidan receta siempre; y si no hay receta, desconfíen‘, recalca.

Dónde denunciar 

Como la prestación debe cumplir formalidades y registros, ante un caso irregular la asociación recomienda denunciar ante la Dirección de Fiscalización Sanitaria de la provincia.

Por ley (6436) el área es la autoridad de aplicación a cargo de coordinar con municipios el registro único de profesionales ópticos matriculados.

Un caso  

A partir de lo que vivió una familiar directa, el 30 de noviembre la usuaria Aly Gómez, de Quitilipi, alertó a sus contactos en Facebook. La publicación es uno de los elementos que citó Jorge Kleinsinger.

A continuación se transcribe el posteo que en pocas horas tuvo 71 compartidos.

Consecuencias penales

Un falso diagnóstico puede afectar la salud de una persona, agravando dolencias previas.

Todo control de los ojos deber realizarlo quien tenga registrado su título en la provincia.

Mientras que para el ejercicio ilegal de la medicina cabe la posibilidad de que una persona que haya resultado damnificada pueda iniciar una causa penal.

‘Pensemos en el Caso Rímolo‘, ejemplifica el oftalmólogo Kleisinger. La alusión a Mónica María Cristina Rímolo cobró gran trascendencia en la Argentina por tratarse de un caso de ejercicio ilegal de la profesión.

Como consecuencia de varias demandas fue condenada a cumplir nueve años de cárcel por tráfico de medicamentos peligrosos, estafas en 70 ocasiones y homicidio culposo.

Malestar 

“Se han generado actividades ilícitas que pueden perjudicar la salud visual de la población; preocupa por el daño que potencial que genera”, señala Jorge Kleisinger.

El oftalmólogo comentó que el malestar local fue compartido a pares del país durante el congreso anual de la especialidad.   

Integrantes de la Asociación de Oftalmólogos mencionan que se encontraron con casos serios entre los pacientes que fueron atendidos por personas que no son médicos. “Algunos presentaban daño visual, retinopatías diabéticas no detectadas”, describen.   

Son muchos

“Gente que se atendió nos hicieron llegar sus reclamos. Así supimos que en numerosas localidades de la provincia se organizan campañas de venta de anteojos truchos y sin presencia de un médico que haga la receta”, advirtió.

Si bien el área de Fiscalización Sanitaria está al tanto de los casos agrega que es imposible ir detrás de cada uno debido a la cantidad de operativos irregulares que se realizan. 

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