Presión impositiva por las nubes tras el acuerdo con el FMI

Si bien el programa acordado con el Fondo Monetario no implica nuevos tributos, subirá la carga fiscal este año. Los motivos que la afirman en el segundo lugar más alto en América latina

El nuevo programa acordado con el FMI, que tras un intenso debate obtuvo finalmente aval en la Cámara de Diputados -aunque a medias- no contempla nuevos impuestos para lograr una reducción del déficit fiscal. El acuerdo propone una baja en subsidios, por el lado del gasto, y desde los ingresos prevé una mejora en la recaudación a partir de una mejor administración tributaria y de otras medidas que implicarán que la presión tributaria efectiva (recaudación/PBI) crezca este año en la Argentina. En definitiva, en principio, no habrá nuevos gravámenes, pero empresarios y familias pagarán más impuestos durante 2022. ¿Cuál es el plan del Gobierno? ¿Qué propone para recaudar más sin asumir el costo político de crear nuevos tributos?

Según el Memorando de Entendimiento, que quedó fuera de la aprobación por parte del Congreso ante la negativa de la oposición, y del propio frente interno, se prevé un aumento de los ingresos a partir de un refuerzo del plan de mejora en la administración tributaria que diseñó la AFIP, y que se dará a conocer a fin de mes, y a partir de las revaluaciones inmobiliarias en todas las provincias, con valores de las propiedades que se acerquen más a los de mercado. Esta decisión no sólo repercutirá en un aumento del monto pagado en impuestos inmobiliarios provinciales, sino que también crecerá la base imponible para Bienes Personales, según explicó a los legisladores de la Cámara baja, la directora general de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont.

A su vez, se aprobó recientemente una legislación para incrementar la progresividad del régimen del impuesto al patrimonio o la riqueza de las personas (con un rendimiento anual previsto de 0,1% del PBI) y se presentó al Congreso un proyecto de ley para trasladar los impuestos selectivos sobre productos petroleros a un régimen ad valorem, con el fin de proteger los rendimientos impositivos, dice el texto acordado con el FMI. Concretamente, ello implicaría que el Impuesto a la Transferencia de Combustibles se aplique como proporción del precio, en lugar de montos fijos por litro.

Estas medidas implicarán un aumento en la presión tributaria efectiva, que ha ido subiendo en la Argentina de forma consistente, con la excepción del período de gestión de Mauricio Macri, cuando llegó al 30% en 2019, sobre el final del mandato.

PorNatalia Donato