Reclamo de justicia por Navila: apedrearon la comisaria

Serios incidentes se registraron en la tarde de este lunes en Chascomús cuando manifestantes que reclamaban justicia en el caso por la muerte de la adolescente Navila Garay atacaron a piedrazos el frente de la comisaría.

El único detenido y principal sospechoso por el crimen, Néstor Garay, se negó a declarar esta tarde ante la Justicia, casi en simultáneo a que una marcha vecinal ante la comisaría culminara con serios incidentes.

Vecinos y allegados apedrearon el frente de la comisaría mientras reclamaban justicia para la adolescente, exigían ser recibidos por las autoridades y denunciaban una supuesta connivencia de efectivos policiales con redes de prostitución de la zona.

La policía dispersó a los revoltosos con gases lacrimógenos y una vez recuperada la calma la familia Garay se dirigió a la Fiscalía para interiorizarse de la investigación, mientras se disponía una custodia especial en la sede judicial por temor a nuevos incidentes.

Navila, la chica de 15 años que fue encontrada enterrada en una quinta de Chascomúns, murió a causa de múltiples fracturas de cráneo, aparentemente a causa de golpes, mientras que no se hallaron rastros de que haya sido abusada sexualmente.

Así lo indicaron los resultados preliminares de la autopsia revelados este lunes por la fiscal Daniela Bertoletti, a cargo de la causa de la investigación del femicidio, por el que hoy fue convocada la movilización vecinal en reclamo de justicia.

Además, la fiscal admitió que todo apunta a que la adolescente fue asesinada en un pequeño galpón situado en los fondos de la quinta en la que fue encontrada enterrada.

Bertoletti sostuvo que “está acreditado” que la chica llegó en un remís a la casa del único detenido por el caso, Néstor Garay, de 51 años, en la noche de su desaparición, y aseguró que el hombre “es primo lejano” de la madre de Navila.

No obstante, no se había podido establecer la causa por la que la joven se presentó en la casa del sospechoso, ni la relación que tenía con el mismo.

Al reconstruir la forma en la que fue descubierta el crimen, reveló que Garay llamó a la dueña de la quinta en la que fue encontrada el cuerpo de la menor para avisarle que había enterrado un perro en el lugar.

El hombre, que trabaja como parquero en esa finca y en otras de la zona, sabía que la mujer, que no vive en el lugar sino en el Gran Buenos Aires, iba a acudir a la finca durante el fin de semana.

“A la mujer le pareció demasiado grande el lugar para un perro y además le llamó la atención la coincidencia del apellido del parquero con la de la chica desaparecida, por lo que llamó a la Policía”, indicó.