Santiagueños llegaron al espacio con su trabajo en los satélites

Nicolas Renolfi y Luciano Ybañez formaron parte de ese equipo de trabajo conformado por Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), el Invap, instituciones estatales y empresas privadas de tecnología.

Dos jóvenes profesionales santiagueños dejaron su sello en los Satélites Argentinos de Observación Con Microondas (Saocom) 1A y 1B y formaron parte de ese equipo de trabajo conformado por Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), el Invap, instituciones estatales y empresas privadas de tecnología.

Se trata de Nicolás Renolfi, que fue jefe de equipo, y Luciano Ybañez, encargado de crear la aplicación que simulaba las inclemencias que podía sufrir el satélite en el espacio.

En diálogo con Télam, ambos dijeron sentirse orgullosos de haber formado parte de este trabajo e incentivaron a los chicos, especialmente a los santiagueños, a seguir sus sueños y no rendirse a pesar de las dificultades o adversidades.

Renolfi estudió siempre en escuelas y en la universidad públicas y se recibió de ingeniero en Electrónica: “Me enorgullece ser parte del equipo humano que ha diseñado el Saocom”, dijo a esta agencia.

“Soy un agradecido con mi país, la Argentina, porque me ha dado la educación pública tanto en Santiago del Estero con la primaria y secundaria, como en Tucumán con la universidad, por lo que de alguna manera siento en mi corazón que con mi trabajo le devuelvo a mi país la inversión que hizo en mí y eso me llena mucho”, agregó el ingeniero.

Además, explicó que se siente gratificado por “haber sido parte de ese equipo, ingenieros, técnicos, todos brillantes cada uno en lo suyo y poder mantener un grupo que humanamente, a pesar de la presión que teníamos en el último año, en el que se llegó a trabajar triple turnos”.

Renolfi recordó que, recién recibido de la Universidad Nacional de Tucumán en 2000, entró a trabajar en el Invap: “Me dediqué a los radares terrestres para la Fuerza Aérea Argentina y después, en 2013, se firmó un contrato para la construcción, integración y ensayos de los satélites Saocom 1 A y Saocom 1B, que son prototipos, modelos electrónicamente equivalente a los de vuelo pero con componentes comerciales, en donde se lo ensaya y se lo somete a las mismas condiciones de habrá durante el lanzamiento”, detalló.

Renolfi fue jefe en ese proyecto: “Mi orgullo es haber podido participar de esto y que el equipo humano hasta el día de hoy se conserve, porque como dice un amigo los problemas técnicos son los más fáciles de resolver”, dijo.

El Saocom 1A fue lanzado en 2018 y allí estuvo Renolfi en Estados Unidos: “Fue muy fuerte”, sintetiza.

En cambio, cuando se lanzó hace una semana el Saocom 1B, a causa de la pandemia lo siguió desde la central en Bariloche: “Y me largué a llorar”, compartió a esta agencia porque “era un trabajo de varios años que culminaba exitosamente con el lanzamiento, yo había participado mucho en ese satélite y cuando me fui en 2018, prácticamente ya estaba integrado, le faltaba la campaña ambiental”.

Por su parte, Luciano Ybañez es ingeniero en Computación y, antes de ser parte de Saocom, comenzó a trabajar en una pequeña empresa como desarrollador para adquirir experiencia hasta que luego ingresó en Globant, donde se especializó como desarrollador .Net y Java.

“Luego de aquella experiencia, trabajé en otras compañías hasta que llegó la oportunidad, en 2015, de participar por un año en el proyecto del Saocom”, recordó.

En ese sentido, detalló su trabajo: “Junto a dos colegas más, Eduardo Tagle y Leandro Leuci, desarrollamos una aplicación de computadora llamada “Packet Factory” (Fábrica de paquetes) que se encargaba de generar paquetes de pruebas para su posterior testeo en los instrumentos que comandan al satélite”, puntualizó.

“Es decir, un sistema que simulaba todas las inclemencias que podía sufrir el satélite en el espacio, pero estando en tierra”, explicó Ybañez y señaló: “El sistema realizaba pruebas por una semana completa y finalmente emitía un reporte con los resultados, que se sellaba, firmaba y certificaba para así habilitar el uso de las piezas para ir al espacio”.

En definitiva, sostuvo que lo desarrollado es “una aplicación de computadora que cumplía la función de certificar que los componentes físicos funcionen correctamente en el espacio y lo interesante es que lo hacía estando en tierra”.

Sin dudas dijo que este trabajo “era una pequeña parte, pero sin esa pequeña parte el satélite no hubiera funcionado”, dijo el investigador.

En cuanto a lo que significó trabajar en este gran proyecto argentino, Ybañez dijo a Télam: “Sentí un orgullo muy grande. El proyecto fue muy gratificante para mí”.

Por otro lado, resaltó la inversión del Gobierno nacional en estos proyectos y la incentivación que hay actualmente, porque “invertir en ciencia y tecnología es fundamental para el desarrollo del país”.

A la vez dijo que el trabajo en equipo y coordinado que hubo tanto por parte del Estado, como de empresas privadas y demás instituciones en Saocom es importante, porque esta “colaboración público y privado hizo que salga este proyecto tan gratificante para el desarrollo del país”.