Sexualidad: ¿qué es el “apagón sexual”?

Florencia Salort, médica ginecóloga, sexóloga y coordinadora de Extensión Universitaria del servicio de Ginecología del Instituto Universitario del Hospital Italiano, revela algunas de las acciones desafortunadas más comunes y qué hacer para evitarlas.

En un encuentro sexual tenemos que decir lo que nos gusta y lo que no. Es así. Puede ser que no sepamos cómo hacerlo, no estemos acostumbrados, que nunca nos hayan enseñado a poder decir de qué manera nos gustaría disfrutar o gozar más o que nos de vergüenza. Incluso podemos no saber cómo decirlo ni insinuarlo para “no quedar o caer mal”. Sin embargo, debemos saber que obtener placer es nuestro derecho.

Lo que sucede es que, si no lo decimos ni buscamos la manera de comunicarlo, la otra persona no va a enterarse porque en la cama no existen adivinanzas ni caminos preestablecidos. ¿Quién no estuvo con una persona que le “movía todo” y que después en la intimidad sucedían cosas que no le terminaban de cerrar o lo sacaban de clima y no sumaban? Todos somos diferentes y funcionamos de manera diferente con cada pareja sexual. Hay muchas maneras de lograr comunicarnos con nuestra pareja y tener sexo sentido. Por eso es clave abrirse a este mundo de pedir lo que nos gusta.

En exclusiva con Infobae, Florencia Salort, médica ginecóloga, sexóloga y coordinadora de Extensión Universitaria del servicio de Ginecología del Instituto Universitario del Hospital Italiano revela algunos aspectos fundamentales que debemos tener en cuenta para que ciertos “detalles” o acciones en un encuentro íntimo tengan sentido.

“En pleno siglo XXI, el de la comunicación total, del gran ‘destape’, todavía nos da vergüenza sentir placer, gozarlo, pedirlo, permitírnoslo y festejarlo. Quizás nos cuesta simplemente decir, pedir y escuchar lo que queremos de nuestra boca por nuestra propia represión. A muchos nos da pudor pedir y no nos sentimos habilitados para hacerlo, ni siquiera en nuestra conversación interna. Necesitamos sentirnos libres de decir los ‘no’, pero también los ‘sí’ antes, durante y después del sexo”, advirtió la especialista en diálogo con este medio.

Nada ni nadie puede decirnos ni afirmarnos qué es bueno o malo hacer mientras tenemos sexo. No hay libro en el mundo que diga qué hace un buen amante. Cada uno elige lo que le gusta, los “sí” y los “no”. Hasta dónde y con quién. Con ella sí, con él no. Con el otro por ahí, o con nadie jamás. Y todo está bien y es normal.

“Hay que aprender a decir que no. Sin miedos, sin prejuicios y sin tabúes. También es importante escuchar al otro, para saber qué le gusta y por qué. Hay maneras de llegar a un consenso de lo que le gusta a ambos miembros de una pareja sin llegar a realizar cosas que no se desean. La premisa es: ‘Lo que quieras, cuando quieras, con quien quieras, donde quieras’”, subrayó Salort.

Y agregó: ”La idea es tener estos cuatro aspectos en cuenta para conocernos y conocer a nuestra pareja sexual. También para poder comunicar, disfrutar y compartir los gustos propios y ajenos. El fin de esto es lograr que en el momento del encuentro sexual ‘todo fluya’”.

1. Primero, es necesario conocer lo que nos gusta.

2. Ten en cuenta que la otra persona no tiene por qué saber lo que te gusta. Que haya chispas cuando están cerca no quiere decir que el encuentro sexual sea bueno para ambas partes por arte de magia.

3. Si no decimos de algún modo lo que nos gusta o no preguntamos, vamos a perder siempre.

4. La idea es descubrir también lo que le gusta a el otro y no solo hacer lo que nos gusta o nos sale bien. Me refiero a pensar en repetir lo que fue perfecto con otra pareja porque entonces seguro funciona. ¡Error!

“Hay parejas que están años, incluso décadas juntos, y nunca jamás se animaron a decirle al otro sus gustos, sus preferencias, qué conductas no les gustan para nada o qué amarían que les hagan sexualmente. Simplemente, de eso no se habla. Es un tema tabú”, manifestó Salort. Y continuó: “No hay forma de que la otra persona pueda saber lo que nos gusta si nosotros lo callamos. ¿Cómo va a mejorar si no sabe qué nos excita o cómo queremos que nos toque? Es necesario prestar atención y conocer nuestros ritmos, la frecuencia que nos gusta, los tiempos y los modos. Si nos excita que nos aprieten, que nos rocen, que nos acaricien de manera fogosa, que nos rocen de forma casi imperceptible, con la mano, con el dedo, con el pie, con un vibrador, con una pluma, etc. Las opciones son interminables”.

También es cierto que podemos insinuar lo que nos gusta sin siquiera hablar. Una manera de decir sin palabras es guiar a la otra persona con el cuerpo o simplemente agarrarle la mano, llevársela a donde queremos y movérsela como nos gustaría que lo haga. También, podemos decirlo con palabras en el medio del acto sexual, sin dar vueltas. “Es fundamental tener en mente es que no se puede culpar a la otra persona por ‘no hacer las cosas bien’. Tenemos que animarnos a pedir aquello que sabemos que nos gusta y nos excita”, advirtió la experta.