Un protocolo para el derecho a la despedida

En la provincia podrá ser tanto para casos de sospecha o confirmación de covid-19, mientras en la Ciudad se concedió para acompañar a enfermos en estado crítico.

Los familiares de personas internadas con coronavirus tendrán la posibilidad de acompañarlos de manera presencial, tanto en la Ciudad como en la Provincia de Buenos Aires. Sólo podrán hacerlo a razón de una persona por paciente, luego de cumplir una serie de requisitos. El propósito es generar sostenes emocionales como una forma de paliar angustias y soledades, de unos y otros. Y para que las familias alienten la vida incluso hasta las últimas consecuencias.

En la provincia se abre la alternativa tanto para casos de sospecha o confirmación de covid-19, mientras en la Ciudad se concedió para acompañar a enfermos en estado crítico. En la Ciudad se tomó la decisión a través de un protocolo aprobado por unanimidad en la Legislatura porteña, denominada “Plan de acompañamiento a pacientes en situación de final de vida” para permitir que alguien del “entorno afectivo (pueda) despedirse de manera presencial”.

En la provincia, el gobierno, a través del Ministerio de Salud, toma experiencias ya vividas en algunos centros asistenciales de su jurisdicción. Lo que se hizo ahora es “ofrecer pautas para aquellas instituciones en las que –por su dinámica y capacidad hospitalaria– cuenten con las condiciones necesarias para permitir el ingreso de un/a acompañante garantizando el cumplimiento de todos los protocolos preventivos”.

La subsecretaria de Salud Mental bonaerense, Julieta Calmels, afirmó que “es necesario construir condiciones para que no se vean interrumpidos, en un marco tan excepcional como el actual, los vínculos sociales y afectivos que son parte del sostén en los procesos de cuidado”.

Para poder autorizar los acompañamientos presenciales, las instituciones deberán contar con disponibilidad de insumos de protección personal; información sobre el protocolo en todos los sectores y servicios; espacios adecuados para el cumplimiento de todas las medidas preventivas, y un equipo que acompañe el ingreso, coordine con los actores involucrados, haga el seguimiento del circuito y monitoree el cumplimiento de las pautas de cuidado. De ser posible, se recomienda la conformación del equipo con participación de los servicios de salud mental, clínica médica, enfermería y cuidados paliativos.

Los acompañantes tendrán que ser mayores de edad pero hasta el límite de los 60 años; no tener síntomas asociados a covid-19; ni enfermedades cardiovasculares, ni pulmonares o renales crónicas, diabetes, inmunosupresión, tampoco personas con problemas de obesidad o embarazadas. También tendrán que ser capacitados en la correcta utilización de Equipos de Protección Personal (EPP).

La persona que solicite acompañar a su familiar internado deberá firmar un consentimiento en el cual dejará constancia ser mayor de edad, no presentar síntomas asociados a covid-19, o condiciones de riesgo para coronavirus.

El o la acompañante no deberá compartir utensilios, alimentos, ni bebidas con el paciente; respetar el distanciamiento físico, utilizar barbijo quirúrgico, protección ocular, camisolín y guantes mientras dure su estadía. En el momento de comer y/o beber, acompañante y paciente deben realizarlo en distintos momentos; mientras uno come o bebe la otra persona debe permanecer con barbijo y mantener una distancia mínima de dos metros.

Si va a pasar la noche en la habitación, deberá dormir al menos a 2 metros de distancia. Una vez que abandona el hospital debe comprometerse a hacer el aislamiento en su domicilio, bajo las condiciones previstas para toda persona considerada “contacto estrecho”. Se aconseja que no use el transporte público para regresar a su domicilio.