Un stud de caballos, en la trama narco de “La Fiel”

La Policía Federal allanó un haras ubicado en Corrientes y que estaría vinculado a los presuntos proveedores de la tonelada y media de marihuana hallada en febrero. Los caballos, una nueva “pantalla”.

Un haras de más de 15 caballos de carreras, animales costosos que valen fortunas, acaba de convertirse en una de las claves de la compleja investigación criminal que se sustancia en la Justicia Federal de Córdoba y que permitió desbaratar una tonelada y media de marihuana en febrero último.

Una causa narco que une las provincias de Córdoba y Corrientes y que tiene, entre sus participantes, al núcleo central de “La Fiel”, la poderosa barra brava del club Talleres, según se sostiene en la investigación judicial.

Ahora, este stud ubicado en Corrientes acaba de sumarse al complejo entramado narco y financiero que los sabuesos liderados por el fiscal Enrique Senestrari continúan completando con la paciencia de un orfebre.

Todo comenzó a revelarse a la luz pública el pasado viernes 18 de febrero, cuando los policías federales interceptaron un camión y un utilitario Renault Trafic que circulaban por la ruta 9 sur, a la altura de barrio Ituzaingó, en el sudeste de la Capital cordobesa. De manera simultánea, otro grupo de agentes comenzaba a allanar un galpón de una metalúrgica ubicado en la zona de La Carbonada, cerca de allí, sindicado como un centro de acopio de la droga.

Fue en ese momento que la larga investigación que hasta entonces estaba tejiendo la división Antidrogas Córdoba, que depende de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal Argentina, pasó a la acción. 

En el mapa de la causa figuran barrios concretos de la zona sudeste de la Capital cordobesa, una larga ruta que une Córdoba con Corrientes, nexos en Santa Fe, varias intervenciones telefónicas y un paciente trabajo de campo, cara a cara con los investigadores, haciendo gala de los camuflajes menos pensados.

El volumen total de lo secuestrado fue impresionante 1.450 kilos de marihuana. Al por mayor, esa cantidad se consigue por no menos de 30 millones de pesos. Puestos en la calle ya fraccionados, la tonelada y media de marihuana pueden dar un rédito que supera de manera holgada los 100 millones de pesos. Negocio fabuloso.

Aquel día hubo 16 detenidos. Entre ellos, figuran personas oriundas de Corrientes, sindicadas como quienes proveyeron la droga, y cordobeses, apuntados como los compradores que luego la iban a revender. O sea, varios eslabones de una cadena narco millonaria.

Entre los cordobeses, aparecían nombres pesados, muy conocidos en este pastoso entramado que suele unir mundos que lejos están de caminar separados: fútbol, sindicatos y política.

Sergio Omar “Tomatón” Busso, Carlos Horacio”Gusi” Páez y Juan Ignacio “Rambo” o “Rengo” La Costa, todos vinculados a las primeras líneas de “La Fiel, fueron detenidos en medio de aquellos primeros operativos. 

Pero falta uno más: Darío Cáceres, el líder de barra, también imputado por el fiscal Senestrari, pero que justo había viajado a Brasil horas antes de los operativos. 

Después de diferentes allanamientos en su domicilio, Cáceres finalmente se entregó el 23 de marzo y desde entonces permanece detenido. O sea, hay 17 acusados presos.

Desde entonces, el caso pareció sumergirse en un cono de silencio. Pero eso estaba muy lejos de la realidad.

El fiscal y los investigadores continuaron agregando piezas al rompecabezas. Y se concretaron, ahora, en quienes habrían enviado la droga. En el expediente estos fueron identificados como “Gustavo Daniel ‘Mosca’ Medina Ramírez, Ramón Horacio Núñez, Leandro Vallejos y Maximiliano Romero, proveedores de estupefacientes, más precisamente de marihuana compactada, que desplegaban su actividad de narcotráfico en la provincia de Corrientes.

Este miércoles, se desplegaron al menos 10 allanamientos simultáneos en Corrientes. Viviendas, comercios, galpones y un haras de caballos de carreras.

La pista del stud de caballos terminó por ser central. Se encontraron más de 15 animales, varios de ellos oriundos de Brasil y ganadores de premios en diferentes carreras, cuestión que ya ha llamado mucho la atención en los medios de prensa de Corrientes. 

Según contaron quienes conocen de primera mano el pulso de esa ciudad, el haras sería propiedad de “Mosca”, quien permanece detenido en Córdoba desde aquel viernes 18 de febrero. Su valiosa camioneta Toyota SW4, con la que había viajado desde Corrientes a Córdoba, permanece secuestrada en los Tribunales Federales.

Traducido: se sospecha que a través de las carreras de caballos y sus apuestas, los acusados habrían lavado dinero cuyo real origen sería el narcotráfico.

Se trata de una modalidad delictiva cada vez más extendida en el amplio mundo del narco y el blanqueo de capitales.

En la serie de Netflix Ozark, que cuenta la historia de una familia dedicada a lavar dinero a un cartel mejicano, los delincuentes compran una granja de caballos, además de invertir en casinos, entre otras “pantallas” que van desplegando.

En septiembre del año pasado, un stud (caballeriza) en el hipódromo del Jockey Club, en la ciudad de Córdoba, fue epicentro de un operativo de la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA) que acababa de detener a “Recorte”, señalado como un narco de barrio Liceo. El hombre, era propietario de un caballo de carreras.

En 2016, en tanto, en medio de una investigación por el tráfico de cocaína entre Bolivia y Argentina, los gendarmes “infiltraron” un caballo de carreras, “Forastero”. Un agente encubierto llegó hasta la finca del principal investigado, cuyo hobby eran las carreras hípicas, y tras ganar su confianza terminaron por organizar una competencia, con público. Toda la observación le permitió a los investigadores trazar un mapa interno de ese lugar, que era utilizado como un centro de acopio de la droga que era arrojada desde avionetas.

“Las carreras de caballos son los nuevos billetes de lotería de los narcos”, contó ahora un avezado investigador de la Justicia Federal de Córdoba. ¿A qué se refiere? Durante años, los traficantes de drogas habían encontrado en el juego una gran excusa para lavar dinero: compraban las tarjetas a los ganadores de la lotería para luego ir a cobrarlos ellos. Lo mismo hacían adentro de los casinos. 

De esta manera, había narcotraficantes que todos los meses se ufanaban de ganar suculentos premios de azar y de esta manera simulaban el real origen de sus millonarios ingresos.

JUAN FEDERICO

CADENA3