Cómo y por qué mueren jóvenes en escuelas penitenciarias

Los docentes de la Escuela Agustín Tosco (Cens 456), que funciona en la Unidad Penal 39 de Ituzaingó, denuncian la desidia y la inacción del Estado en los penales de Buenos Aires

Ignacio Testasseca pasa lista, NN no responde y él sabe que no volverá a verlo. Tras las rejas no hay ausencia por mal tiempo ni para ir al médico, sino por muerte. En lo que va de 2019 murieron tres internos, dos eran sus alumnos. Algo crujió en sus entrañas y con algunos otros profesores del cuerpo docente de la Escuela Agustín Tosco (Cens 456) decidieron plasmarlo en palabras. “No aceptes lo habitual como cosa natural, porque en tiempos de desorden, de confusión organizada, de humanidad deshumanizada, nada debe parecer natural, nada debe parecer imposible de cambiar”, pusieron como título, parafraseando a Bertolt Brecht, a un texto donde denunciaron la situación que les toca vivir mientras enseñan en ese establecimiento que funciona en la Unidad Penal 39 de Ituzaingó.

Testasseca, profesor de filosofía, explicó a Página/12 que decidieron no dar los nombres de los internos, ni contar sus historias, al menos por ahora, probablemente para evitar posibles represalias. “Estamos muy preocupados por la desidia y el corrimiento del Estado en sus responsabilidades. Lo que nos pasó a nosotros es una situación generalizada en las penitenciarías de la provincia de Buenos Aires, como muestran las cifras de los informes de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM)”, dijo Testasseca. Y agregó que “frente al temor de la naturalización de estas muertes y sufrimientos la idea es evitar ese proceso de invisibilización, llamar a la comunidad para que sepa lo que está sucediendo, para que pueda estar atenta sobre este sector que es el de mayor vulnerabilidad, es la otredad de la otredad”.

La Escuela Tosco del Penal de Ituzaingó es de educación secundaria, funciona de lunes a viernes de 13 a 17 y el promedio de edad de los alumnos es de 25 años. Tal como ya fue comprobado con la experiencia del Centro Universitario de Devoto (CUD) y otros similares, el nivel de reincidencia de los estudiantes internos es casi nulo. La escuela pertenece al Ministerio de Educación de la provincia de Buenos Aires, y funciona en la Unidad 39 de Ituzaingó, que depende del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).

Las crónicas sobre esa cárcel mencionan muertes pero mayormente las adjudican a peleas entre presos, exhiben videos sobre el estado deplorable de la morgue contigua, pero también mencionan entre las actividades de la escuela secundaria intramuros los talleres de literatura y las charlas sobre violencia institucional, como la que dio hace un mes Miriam Medina, quien compartió con los  privados de la libertad las circunstancias en las que su hijo Sebastián Bordón fue víctima de la violencia policial.