Plasma: cómo se extrae y para qué se utiliza

Una de la claves en la lucha contra el coronavirus es el plasma sanguíneo de las personas que contrajeron la enfermedad y se recuperaron. La donación es importante para la investigación, dado que quienes se curaron generan anticuerpos en el plasma sanguíneo que ayuda a protegerse contra infecciones en el futuro.

En rigor, el plasma es el componente líquido de la sangre, que ayuda a la coagulación y la inmunidad. El plasma sanguíneo contiene anticuerpos que combaten las infecciones, de modo que quienes se recuperaron de la Covid-19 tienen, durante cierto tiempo, anticuerpos.

¿Quiénes pueden donar plasma?

Aquellos que se hayan recuperado de la enfermedad. La donación se puede hacer después de 14 días del alta y con dos pruebas negativas de coronavirus previas. Además, no deben tener antecedentes de transfusiones previas, ni tampoco abortos o antecedentes gestacionales. Y cumplir los requisitos básicos de cualquier donante de sangre habitual: tener entre 18 y 65 años, pesar al menos 50 kilos y estar clínicamente recuperado de la infección.

Antes de la donación, se deberá firmar un consentimiento para que el plasma donado sea utilizado en pacientes que ingresen en el Ensayo Clínico Nacional.

El procedimiento consiste en extraer sangre de un brazo, separar el plasma de esa sangre y luego devolver los glóbulos rojos y las plaquetas al donante, junto con una solución salina. Sólo demanda unos minutos más que donar sangre.

Para qué sirve el plasma

Las investigaciones en curso indican que la transfusión de plasma de pacientes recuperados ayuda en la cura de nuevos pacientes, aunque todavía no se pueden establecer porcentajes fehacientes porque las donaciones aún son insuficientes para la cantidad de contagiados de coronavirus sometidos a su tratamiento.

La investigación está basada en experiencias anteriores de otras epidemias, como el virus Junín,  a nivel local, y a nivel mundial, el Ébola. En esos casos se utilizó el plasma de pacientes recuperados con éxito.

Esas experiencias justifican la hipótesis que el aporte de anticuerpos puede bloquear al virus, si bien no todos los anticuerpos funcionan de la misma manera.