Apartaron a un profesor tatuado hasta los ojos

Sylvain Hélaine, sin embargo, cree que les enseña sobre tolerancia y respeto.

Dicen que Sylvain Hélaine, alias Freaky Hoody, es “el hombre más tatuado de Francia”. Pero también trabaja desde hace 12 años como docente suplente en la región parisina y su apariencia sorprendente -tiene tatuado hasta los ojos y la lengua- genera polémica. Según publicó el diario Le Parisien, fue apartado después de que algunos padres se quejaron de que “da miedo a los niños”.

Hélaine, de 35 años, está siempre listo para dirigirse a la escuela donde haga falta algún suplente. Hasta ahora sus alumnos tenían edades comprendidas entre los 2 y los 12 años, pero tras quejas de algunos padres, se decidió que solo enseñara a nenes de más de 6.

“Los inspectores ya no quieren que vaya al jardín de infancia. No quieren correr ningún riesgo”, declaró al canal BFMTV. Sin embargo, con “los padres de los niños que tengo en clase, está todo bien”, explicó.

“Nadie se queja directamente conmigo. Siempre lo hacen de manera muy valiente, con cartas enviadas a la dirección o a los diarios… Y cada vez, son padres de niños que no tengo como alumnos, pero que me cruzan en la escuela. Y a los adultos en cuestión no les importan mis habilidades, sólo les indigna mi apariencia”, declaró a la cadena pública France3.

Según afirma, cuando entra en un aula, siempre hay algunos segundos de sorpresa, pero apenas comienza a hablar las cosas fluyen con naturalidad. La inmensa mayoría de niños no tiene problemas con su aspecto físico, aseguró.

Apartado porque un chico dijo que “tuvo pesadillas”

No obstante, una vez lo apartaron de su cargo durante 7 semanas después de que un nene al que se cruzó en un pasillo dijera que “tuvo pesadillas” y hay “dos o tres escuelas que no lo quieren”, contó Hélaine.

El tatuaje, una pasión

Ya era maestro cuando se hizo su primer tatuaje, a los 27 años, durante un intercambio en el Reino Unido. Entonces se sorprendió con la afición de los británicos por los tatuajes y el hecho de que allá “nadie te va a decir nada” sobre tu look. Pronto el romance se volvió una pasión que cubrió todo su cuerpo, incluido el cráneo, la cara, la lengua, las orejas, el interior de las manos y los dedos y hasta los ojos. “No es adicción, es pasión”, aseguró. “Un fuego interior, como estar enamorado”.