Boicot de los jugadores de la NBA por la violencia racista

Los jugadores de Milwaukee Bucks decidieron no salir a jugar contra Orlando Magic el quinto partido de su serie de Play-offs en la NBA. La medida funcionó como un dominó y los demás equipos de la liga de básquet más importante del mundo se plegaron a un histórico boicot. El motivo: expresarse contra la brutalidad racista en los Estados Unidos, en medio de la conmoción por el episodio donde balearon a Jacob Blake.

Los jugadores de Orlando salieron a calentar mientras sus rivales se quedaban en el vestuario. Cuando faltaban cuatro minutos para comenzar el partido, los visitantes regresaron a su vestuario y los árbitros se quedaron en la cancha. El estado quedó vacío, además, por los protocolos de seguridad dispuestos por la pandemia de coronavirus.

Acto seguido, se anunció la suspensión de los otros dos partidos previstos para esta noche en la “burbuja” de Orlando: Los Angeles Lakers vs. Portland Trail Blazers y Houston Rockets vs. Oklahoma City Thunder. En todos los casos, fueron los propios jugadores los que decidieron no jugar.

“Algunas cosas son más importantes que el básquet. La posición adoptada hoy por los jugadores y la organización demuestra que estamos hartos. Suficiente es suficiente. El cambio debe ocurrir. Estoy increíblemente orgulloso de nuestros muchachos y respaldamos al ciento por ciento a nuestros jugadores, listos para ayudar y lograr un cambio real”. No lo dijo un hincha de los Bucks,  sino el mismísimo dueño del equipo, Alex Lasry. “Estamos cansados de asesinatos e injusticias”, expresó, por su parte, George Hill, jugador de los Milwaukke Bucks.

Hubo reacciones en Twitter, como la de Paul Gasol, el jugador español, que se declaró “orgulloso de mis hermanos”. Gasol, que jugó en Milwaukee, puso una foto de John Lewis, uno de los colaboradores de Martin Luther King, fallecido hace pocas semanas, y su frase: “Nunca tengan miedo de hacer algo de ruido y meterse en un buen y necesario problema”.