Cómo impactará el “dólar maíz” en la carne, leche y pollo

Mientras desde el Gobierno prometen fondos que compensen el impacto del nuevo tipo de cambio, los distintos sectores advierten que habrá una fuerte suba de costos. ¿Se trasladarán al mostrador?

El precio de la tonelada de maíz ya subió 25% desde que se implementó la medida del “dólar maíz”, mediante la cual el Gobierno podría recaudar unos USD 1.500 millones hasta el 31 de agosto. Si se toman en cuenta todos los otros productos incluidos en el dólar agro de $340, los ingresos podrían rondar los USD 2.000 millones. Pero así como la medida tiene, para los productores del cereal y para el Gobierno, un efecto positivo, también tiene un costado negativo: la presión sobre los costos de varios alimentos de la canasta básica y su posible traslado a precios. De hecho, no se hizo antes justamente por este efecto colateral sobre el mercado interno.

Los productores de carne bovina, porcina y aviar, así como también los lácteos, alertaron sobre el impacto que tendrá este nuevo dólar, ya que utilizan el maíz como uno de los principales granos que integran la dieta balanceada de los animales. En el decreto 378, que creó el régimen del Programa de Incremento Exportador con la nueva cotización ($340) e incorporó al maíz, el Gobierno incluyó la posibilidad de trabajar en compensaciones para determinados sectores. Fuentes de la Secretaría de Agricultura confirmaron que trabajan en esa línea con el objetivo de evitar impactos en los precios de los alimentos. En principio, el objetivo es armar un esquema para girarle fondos a los sectores avícola y porcino.

Pero todavía no hay nada concreto. Lo que sí es un dato real es que los costos para estos cuatro sectores se incrementaron entre 10% y 20% y que, en la medida de lo posible, si el mercado lo convalida, los trasladarán a los precios.

“A nosotros la suba del maíz nos va a impactar en el costo entre 9 y 11% y, en la medida en que se pueda, es inevitable trasladarlo. Porque, además, las experiencias que tuvimos con el dólar soja es que el precio subió 30% y luego bajó apenas 10%”, afirmó el presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), Roberto Domenech. Sobre las compensaciones, el directivo precisó que fue hablado con el Gobierno y “quedaron en que lo iban a trabajar e iban a consultar al sector”.

Hoy el consumo de pollo se mantiene constante, entre 46 y 47 kilos por habitante por año. En cuanto a su precio, uno de calidad media que cuesta unos $450 el kilo (IVA incluido) salido de fábrica se está vendiendo en el mostrador a unos $800/850 el kilo. Estos valores se mantienen desde abril, dijo Domenech. De hecho, según el Indec, en junio el precio bajó de $726,36 a $687,76 el kilo.

En el caso del sector porcino, los cálculos realizados por las empresas hasta el momento indican que el aumento que tendrán en los costos del alimento balanceado serán de $80 por kilo. “Si el cerdo hoy vale $450 el kilo vivo, debería costar $500 para estar en la misma situación, es decir, 20%”, precisó el director de la Federación Porcina Argentina (FPA), Jorge Amado. Pero al igual que el referente del sector avícola, no se animó a arriesgar cuál será el aumento real y menos aún cuánto remarcarán en las góndolas. Actualmente, un kilo de carré de cerdo con hueso en el mostrador cuesta unos $1.300, pero el precio varía según el corte y el canal de venta. La bondiola, por ejemplo, vale casi $2.000 el kilo en la misma cadena de supermercados consultada.

“El aumento que necesita el cerdo después de este incremento de costos, al que se le suma el impuesto PAIS para los productos importados de los núcleos alimenticios, es alto. El impacto es tan grave que todavía no sabemos si la importación de cerdo congelado de Brasil quedará exento o no de ese impuesto. Si queda exento, sería cartón lleno”, cuestionó Amado. El director de FPA agregó que es un aumento que “hay que cubrir con precio”. Con respecto a las posibles compensaciones, planteó que se cobraron tarde, por lo que las empresas buscarán vender igualmente la producción a un valor más alto.

“Esta medida llega en un momento de la actividad bastante complejo debido a la suba de la invernada y el atraso en el precio de la hacienda de entre 40% y 50% con respecto a la inflación. Hasta ahora, nos encontrábamos con un margen bruto neutro, y esta medida nos lleva a tener una pérdida de $24.000 por cabeza terminada. Se trata de un impacto de entre el 20% y 25% de todos los insumos de la alimentación, lo que lleva a subas de costos promedio del 15%”, afirmó, por su parte, el presidente de la Cámara Argentina de Feedlot (CAF), Fernando Storni.