COVID-19: estudio asocia muertes con la deficiencia de vitamina D

Una investigación realizada en Inglaterra revela un vínculo entre los bajos niveles de vitamina D y las muertes producidas por covid-19 en Europa.

Un estudio realizado en el Reino Unido por investigadores del Queen Elizabeth Hospital Foundation Trust y la Universidad de East Anglia vinculó la deficiencia en vitamina D con las muertes en Europa por coronavirus.

Se trata de los resultados preliminares del estudio El rol de la vitamina D en la prevención de la mortalidad por enfermedad de coronavirus 2019 que aportaría un nuevo dato para terminar de entender el virus . De esta manera, los científicos británicos dieron un importante paso en la evaluación de factores de riesgo de la enfermedad que se convirtió en pandemia en marzo de 2020.

El dato -que cabe destacar que aún no fue validado por la comunidad científica- surge del cruce entre lo niveles promedio de vitamina D en cada uno de los países europeos, con su tasa de mortalidad relativa por el covid-19. Con esta prueba estadística sencilla se demostró que existía una relación entre ambas cifras, y que aquellos países con mejores niveles de vitamina D promedio registraron la menor cantidad de muertes por el virus.

“El grupo de población más vulnerable para covid-19 también es el que tiene el mayor déficit de vitamina D”, sostienen Petre Cristian Ilie , Simina Stefanescu y Lee Smith , autores del informe. Estas afirmaciones van en línea con otros estudios realizados previamente en los que se sostiene que saludables niveles de vitamina D pueden colaborar para reducir el riesgo de infecciones respiratorias .

El papel de la vitamina D y cómo conseguirla

El papel de la vitamina D en la salud ósea e inmunológica es conocido desde hace años. Favorece la absorción del calcio en el intestino y se utiliza para muchos procesos biológicos. Además, este micronutriente es necesario para el crecimiento y desarrollo de los huesos en los niños.

También ayuda, junto al calcio, a reducir la pérdida de mineralización ósea en mujeres posmenopáusicas. Por último, la vitamina D también está implicada en otras funciones biológicas. Los músculos, el sistema inmunitario, el metabolismo del fósforo y los dientes son algunas de sus dianas.

La piel produce este micronutriente gracias a los rayos UVB del sol, pero también podemos obtenerla a través de la alimentación. En ambos casos, para poder funcionar correctamente en el organismo, debe pasar primero por unos retoques en el hígado y en el riñón. Entre los pocos alimentos que contienen vitamina D encontramos el hígado, los huevos o los pescados azules. Sin embargo, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición recomienda evitar o limitar el consumo de peces de gran tamaño con alto contenido en mercurio, incluidos el pez espada, el atún rojo, el tiburón y el lucio.

Fuente: La Nación.