Desperdiciamos alimentos por US$400.000 millones al año

El mundo desperdicia alimentos por un valor aproximado de US$400.000 millones incluso antes de que lleguen a las tiendas, según la Organización de las Naciones Unidas. Alrededor del 14% de los alimentos producidos se pierden anualmente, y las regiones de Asia central y meridional, América del Norte y Europa acaparan las mayores cuotas de alimentos desperdiciados, dijo la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en un informe, citando los datos más recientes, de 2016. Una mejora del almacenamiento en frío y de la infraestructura ayudaría a reducir las pérdidas, pero se necesitan datos más detallados sobre la cadena de oferta para abordar el problema, señaló la organización.

El desperdicio de alimentos está siendo objeto de mayor escrutinio debido a la contribución a las emisiones de gases de efecto invernadero y al hecho de que, según se estima, más de 820 millones de personas pasan hambre todos los días. Los líderes mundiales se han comprometido a tratar de reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos a nivel minorista y de consumo para 2030 y a reducir las pérdidas de producción de alimentos. Las empresas también están tratando de mejorar la eficiencia en la industria alimentaria. “La pérdida de alimentos implica una presión innecesaria sobre el medio ambiente y los recursos naturales que se han utilizado para producirlos”, dijo Qu Dongyu, director general de la FAO, con sede en Roma, en el informe. “Esencialmente significa que se han desperdiciado recursos de tierra y agua, se ha creado contaminación y se han emitido gases de efecto invernadero sin ningún propósito”.

Los consumidores también desperdician grandes cantidades. Según la FAO, hasta el 37% de los productos de origen animal y posiblemente una quinta parte de las frutas y verduras podrían estar desperdiciándose. Las naciones ricas tienen mayores niveles de desperdicio debido a la vida útil limitada o la mala planificación del consumidor, mientras que los países más pobres generalmente lidian con problemas climáticos y de infraestructura. La reducción de las pérdidas y desperdicio de alimentos en el mundo supone un reto porque se necesita más información para tomar medidas efectivas, dijo la FAO. Aun así, un almacenamiento en frío adecuado en particular puede ser decisivo, así como una buena infraestructura y logística comercial. Aumentar la productividad agrícola a través de la investigación y el desarrollo es más efectivo, en relación a los costes, que reducir las pérdidas posteriores a la cosecha, dijo. Entre tanto, según el último informe del Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef), uno de cada tres niños menor de cinco años está desnutrido o sufre sobrepeso en el mundo, lo que puede acarrear problemas de salud durante toda la vida. La globalización de los hábitos alimentarios, la persistencia de la pobreza y el cambio climático están provocando que un número creciente de países acumule una “triple carga”: desnutrición, obesidad y carencias alimentarias.