Estuvo prófugo dos años, lo atraparon y ahora escapó limando barrotes
Dos hombres que estaban detenidos en la Prefectura de Puerto Pinares, en Eldorado, se fugaron de una celda en la que estaban alojados y son intensamente buscados por diferentes fuerzas de seguridad, aunque la principal hipótesis es que huyeron a Paraguay.
Según lo detallado por fuentes consultadas, los implicados habían limado los barrotes de la celda para lograr su cometido, un trabajo que demanda mucho tiempo, por lo que habrían planeado el escape desde hace mucho tiempo. Ambos tienen causas por infracción a la ley 23.737, es decir, narcotráfico.
El caso estaba siendo manejado con sumo hermetismo y desde la fuerza no quisieron brindar información al respecto, pese a la insistencia de este medio. Ambos implicados están a disposición del Juzgado Federal de Eldorado, que dirige el juez Miguel Ángel Guerrero. No trascendió su situación procesal en la actualidad, pero sí se pudo confirmar que ninguno tiene condena.
Fuentes extraoficiales señalaron a El Territorio que los prófugos son Luis Norberto Lovera (41) y Elvio Darío Garay de Almirón (30). El escape se detectó en horas de la mañana de ayer, cerca de las 6, pero no se descarta que ambos huyeran entre el lunes a la noche y el martes a la madrugada, cuando caía una copiosa lluvia en la zona.
Ayer la fuerza había pedido colaboración a la Policía de Misiones para la búsqueda.
Sobre Garay de Almirón se sabe poco, solamente que es un hombre indocumentado de nacionalidad paraguaya. Había sido detenido en junio de este año con un cargamento de 300 kilogramos de marihuana.

Conocido narco

El caso de Lovera es distinto, ya que se trata de un narcotraficante muy conocido. Estuvo prófugo desde septiembre de 2016,  en el radar de todas las fuerzas federales en la provincia, y en ese tiempo logró escapar de al menos  dos procedimientos, hasta que en noviembre del año pasado lo atraparon. Es decir, lo buscaron cerca de dos años y en ocho meses volvió a huir.
Se lo conoce como Enciso en Paraguay y en Argentina como Petiso. Su especialidad en el mundo del tráfico de estupefacientes es el acondicionamiento de vehículos, aunque se dedicó a todo tipo de funciones.
Lovera tenía un rol más que importante en la denominada Banda del Norte, una organización familiar dedicada al tráfico internacional de droga que funcionaba desde Wanda y que entre sus integrantes tenía a un efectivo de la Policía de Misiones con domicilio en Piñalito Norte.
La banda ingresaba droga desde Paraguay y la trasladaba a Brasil, Uruguay o otros grandes centros de consumo en autos acondicionados. Incluso se detectaron relaciones con Los Monos. Fue desmantelada  por una investigación del Juzgado Federal de Eldorado en septiembre de 2016 y sus integrantes aguardan en una cárcel federal el juicio.

Escapes

La primera vez que eludió a las fuerzas policiales fue ese septiembre de 2016, luego de que efectivos del Grupo Especial de Asalto Táctico (Geat) de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) hicieron varios allanamientos en el norte de la provincia, sobre todo en Wanda, donde residía y desde donde operaba junto a sus cómplices.
El procedimiento se activó tras varios meses de investigación que incluyó la intervención de líneas telefónicas y el seguimiento encubierto de todos los integrantes de la banda. Ocho personas fueron detenidas, incluyendo el jefe narco -quien falleció en la cárcel por una afección cardíaca en abril del año pasado-  y sus hijos.
Los tres primeros involucrados fueron Ángel Aníbal González, José Guerrero Napoleone y Verónica Rivas, quienes viajaban en un vehículo que tenía ocultos 47 kilogramos de marihuana y fueron interceptados en Comandante Andresito por efectivos de la PSA. No fue un procedimiento fortuito ni de rutina, el Renault Sandero y sus ocupantes estaban marcados y se sabía que iban a movilizar droga.
Lovera fue quien orquestó todo. Él le dijo a González “al caballo negro escondelo, no lo muevas”, en referencia al automóvil. La inteligencia también arrojó que ese vehículo había estado estacionado frente a su casa.
Luego de encontrar la droga, las fuerzas especiales fueron hasta Wanda y apresaron a Germán Ojeda, Lorenzo Acuña -el fallecido- y los hijos de este último: Jorge Acuña y Lourdes Acuña. La última de las ocho detenciones fue la del Policía. Pese a que buscaron en sus dos casas, incluyendo una finca en el acceso a las Minas Preciosas, Lovera nunca apareció.
Lovera tenía roles que atravesaban toda la logística, además del acondicionamiento de vehículos, gestionaba la compra y adquiría la droga, y hasta se movilizaba como apoyo cuando ésta era trasladada, en lo que se conoce en la jerga como “barredor” o “puntero”. La droga iba a Buenos Aires o Rosario y una de las rutas era brasileña: salían por Bernardo de Irigoyen y entraban por Uruguay.
Su versatilidad le brindó autonomía, por lo que una vez que sus secuaces fueron apresados, siguió operando en soledad. Y también siguieron escuchando su teléfono intervenido que, al parecer, no dejó de ocupar. Tal es así que efectivos de Investigaciones Complejas de PSA pudieron establecer que el 4 de mayo del 2017 estaba por movilizar un cargamento en Wanda, por lo que se activó un operativo de captura.
Ese día, los efectivos camuflados que andaban por la localidad pudieron identificar el auto en que se movía y decidieron actuar. Lo siguieron y hasta pusieron el coche de la fuerza al lado del suyo, pero se percató de que lo iban a esposar y salió a toda velocidad del lugar. Recorrió varias cuadras hasta ganar la ruta nacional 12, dejó abandonado el coche y se internó el monte. Se escapó por segunda vez.
En su momento trascendió que el operativo se frustró porque el vehículo de la fuerza federal estacionó muy cerca del narcotraficante, por lo que cuando el efectivo fue a bajar, la puerta golpeó el auto del sujeto y éste reconoció como policías a los funcionarios.
Frustrado el operativo, otra vez intervino el Grupo Especial de Asalto Táctico, que llegó al lugar horas más tarde y realizó rastrillajes en la selva. A ellos se les unió la Policía de Misiones, pero a pesar de sus esfuerzos no pudieron encontrarlo.
En medio de los rastrillajes, los uniformados de la Unidad Regional V llegaron a un basural de Puerto Libertad donde se toparon con 59 panes de marihuana. Estaban distribuidos en dos bolsas que pesaron poco más de 36 kilogramos.
Su detención no había trascendido a la prensa, pero ahora Lovera, Enciso o Petiso, volvió a las sombras, donde por sus diversos contactos tanto en Brasil o Paraguay en el submundo del narcotráfico se siente muy cómodo.