La economía local se materializa en ganadería, agricultura, aserraderos, comercios de diversos rubros y corralones. La gran cantidad de personas que trabajan de manera independiente, como changarines, cortadores de pasto, vendedores de ropa, ladrilleros, peluqueros, se encuentran en un estado casi de colapso total.

Muchas de estas personas no percibirán la ayuda económica de los 10.000 pesos. Algunos, porque cuentan con otros beneficios (que no alcanzan para completar la alimentación familiar) y otros ni saben cómo era el proceso de acceder a este beneficio así que en su momento no se inscribieron en la página habilitada. La ruta nacional 16, que a esta localidad con el sur y la ciudad de Sáenz Peña, y con las provincias del norte argentino, también está prácticamente desierta.

El presidente de la Cámara de Comercio local, Luis Brugnoli señaló que la situación es muy compleja porque hay un “retraso y/o quiebre de la cadena de pago” entre privados y pequeñas empresas debido a la misma situación agobiante desencadenada por la cuarentena obligatoria. Un relevamiento realizado por esta entidad entre sus socios exhibe que hay una generalizada paralización de las actividades, con el consiguiente detrimento de las economías familiares. El transporte y la actividad forestal están paralizados.

“La venta de combustible se ha reducido el 80%”, hay una baja en las ventas de hacienda vacuna de entre el 50 y 60 por ciento. “En la rama de acopios, el cierre de algunos puertos o con operaciones restringidas o con problemas laborales”, también complica el panorama, sostuvo la Cámara. En el mismo sentido advirtió que en “10 ó 15 días comienza la cosecha en toda la zona del interior del Chaco y para que esta oportunidad no se pierda, necesitaremos el apoyo de las entidades gubernamentales y bancarias para financiar la campaña y el funcionamiento de los comercios y talleres y servicios en general”.

Asimismo, en el ámbito urbano, señaló que si bien las ferreterías están habilitadas para vender “pero con la falta de actividad sus ventas son del 10 por ciento” apenas, a lo que suma el cierre de los comercios y comedores en las estaciones de servicio y de los comedores en general, cuyas ventas han caído a cero prácticamente, dado que si bien ofrecen viandas, esto “se hace en forma muy reducida”.

Los corralones tienen posibilidad de vender y distribuir por dos horas, pero la demanda ha caído, debido también a la caída de las obras, por los efectos del aislamiento social, preventivo y obligatorio dispuesto por el gobierno nacional para mitigar la propagación de la pandemia del coronavirus. En este sentido, otro sector muy afectado es el de los albañiles, que no tienen una fuente de trabajo en estos días y su situación económica es ya desesperante, dado que no cuenta con recursos para afrontar la alimentación diaria. Solicitan contemplación financiera La Cámara de Comercio de Pampa del Infierno remitió hoy una carta al presidente del Nuevo Banco del Chaco planteando una serie de medidas para tratar de aliviar la situación de los comercios locales. La entidad pidió la “reglamentación y puesta en vigencia de manera urgente de todo lo referido a las medidas anunciadas por el gobernador” Jorge Capitanich. Es decir, que se prevean fondos para emprendedores y empleadores, que haya compensaciones salariales para que las empresas puedan afrontar el pago de los haberes de sus empleados, que se pongan en práctica “líneas de crédito para emprendedores con 6 meses de antigüedad”.

Asimismo, que se postergue el vencimiento de tarjetas de crédito, la “reducción drástica de la tasa de interés para financiar capital de trabajo y tasa cero para pagar sueldos” y la “suspensión por 180 días de la exigencia de las entidades crediticias y/o bancarias del cumplimiento de pagos previsionales y/o deudas previsionales para operatoria bancaria crediticia o con sobregiros”.

En la carta de la Cámara se hace referencia “a la situación económica generada por la pandemia” y a la serie de decisiones que tomaron los gobiernos nacional, provincial y municipales “que impiden la ejecución de actividades y/o servicios no esenciales con cierre total de negocios, y la apertura reducida o mínima de actividades expresamente determinadas como esenciales”, lo que “ha llevado a colapsar las economías locales y/o regionales y a poner a las actividades y negocios de nuestra zona en total riesgo de cierre, quiebra, o pérdidas que seguramente serán muy difíciles de recuperar, con las consecuentes derivaciones impositivas, laborales, sociales y de disgregación de entramado familiar o societario”. Se señala también que estas pequeñas empresas, “la mayoría de carácter familiar, con más o menos personal en relación de dependencia, han sido los pilares de esta economía”.

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