El modelo trans brasiñeño Roberte Bete protagonizó una campaña publicitaria que causó gran revuelo.

En una de las fotos, en blanco y negro, luce embarazado, tirado en la cama junto a su pareja, Erika Feeh.

La polémica estalló además porque varios usuarios en redes tildaron a la marca de hipócrita al alegar que muchos de sus productos se fabrican en países que sufren graves problemas relacionados con actos de homofobia, transfobia y bifobia.

A raíz de ello, la empresa salió a responder y en un comunicado reiteró su compromiso de “tolerancia cero” contra cualquier tipo de discriminación.

“Creemos que esta plataforma es un ambiente respetuoso para la individualidad y la expresión personal. En Calvin Klein lo toreamos todo, excepto la intolerancia, por lo que cualquier comentario que no sea tolerante será eliminado. Las cuentas que manden mensajes de odio serán bloqueadas”, señaló la compañía.