Las vacunas nasales una esperanza contra el COVID

En todo el mundo, grupos de investigadores están desarrollando inmunizantes intranasales que podrían ser mejores refuerzos para combatir al coronavirus en las vías respiratorias

Las vacunas que están disponibles actualmente producen una inmunidad poderosa y duradera contra las complicaciones graves, como han demostrado varios estudios recientes. Pero su protección contra la infección por coronavirus es temporal y puede decaer a medida que surgen nuevas variantes del virus, una falla que ha generado la propuesta de administrar vacunas de refuerzo de manera regular.

Las vacunas nasales podrían ser la mejor manera de prevenir infecciones a largo plazo, porque dan protección exactamente en el lugar donde se necesita para defenderse del virus: la mucosa de revestimiento de las vías respiratorias, donde el coronavirus llega en primera instancia.

Bharat Biotech es uno de los principales fabricantes de vacunas del mundo. Su producto más conocido, la vacuna Covaxin, está autorizado para prevenir el COVID en India y muchos otros países. Pero su vacuna nasal experimental puede representar un verdadero cambio.

Inmunizar a poblaciones enteras en medio de una ola repentina de casos con una vacuna nasal u oral sería más rápido que aplicar inyecciones, que para ser administradas requieren conocimientos y tiempo. Es probable que una vacuna nasal sea más sencilla de aceptar para muchas personas (como los niños) que las inyecciones, que pueden ser dolorosas, y evitaría los problemas de escasez de agujas,

jeringas y otros materiales.

Las vacunas intranasales “se pueden aplicar de manera sencilla en campañas de inmunización masiva y así reducir la transmisión”, dijo Krishna Ella, presidente y director general de Bharat Biotech.

Al menos una decena de otras vacunas nasales están en desarrollo en todo el mundo, algunas de las cuales ahora se encuentran en ensayos clínicos de fase 3. Pero la de Bharat Biotech podría ser la primera en estar disponible. En enero, la compañía obtuvo la autorización para comenzar un ensayo de fase 3 de su aerosol nasal para ser administrado como refuerzo para personas que ya recibieron dos inyecciones de una vacuna contra el COVID en India.

La variante ómicron puso en evidencia que, si bien brindan una protección potente contra enfermedades graves, incluso tres dosis de una vacuna no necesariamente logran prevenir la infección. Eso se debe a que las vacunas inyectadas producen anticuerpos en la sangre, pocos de los cuales, en comparación, llegan a la nariz, la vía de entrada del virus.

Idealmente, las llamadas vacunas de mucosas recubrirían las superficies mucosas de la nariz, la boca y la garganta con anticuerpos de larga duración, y serían mucho mejores para prevenir la infección y la propagación del virus. Sería la diferencia entre poner guardias de seguridad en las puertas del castillo para bloquear a los intrusos en vez de intentar expulsarlos cuando ya lo asaltaron.

Las vacunas nasales son “la única manera de eludir de verdad la transmisión de persona a persona”, dijo Jennifer Gommerman, inmunóloga de la Universidad de Toronto. “No podemos seguir escondiendo a las personas vulnerables y reforzándolas por siempre para que sus niveles de anticuerpos se mantengan artificialmente altos”.

Se ha demostrado que las vacunas nasales protegen a ratones, hurones, hámsteres y monos contra el coronavirus. Un nuevo estudio publicado la semana pasada ha dado evidencia poderosa que respalda su uso como refuerzo.

Según los investigadores, un refuerzo intranasal indujo células de memoria inmunitarias y anticuerpos en la nariz y la garganta, y reforzó la protección de la vacunación inicial. El estudio aún no ha sido publicado en una revista científica.

Nuestro enfoque es no usar una vacuna nasal como vacunación primaria, sino como refuerzo, porque entonces se puede aprovechar la inmunidad existente que ya se creó”, dijo Akiko Iwasaki, inmunóloga de la Universidad de Yale que dirigió el estudio.

Cuando ella y sus colegas usaron una combinación de proteínas del nuevo coronavirus y de virus relacionados del SRAS, su vacuna nasal experimental parecía capaz de defenderse de una amplia gama de variantes del coronavirus.

“Hay cierta flexibilidad y podría haber más resistencia contra el virus”, dijo Gommerman, quien no participó en el trabajo. “Y ya que no sabemos qué hará el virus después, eso es tremendamente interesante”.

Las vacunas contra el COVID actuales se inyectan en el músculo y son muy buenas para entrenar a las células inmunitarias a combatir el virus después de que ingresa al cuerpo. Producen anticuerpos llamados IgG, que circulan en la sangre y pueden organizarse cuando sea necesario.

Pero pocos de estos anticuerpos llegan a la nariz y la garganta, y los que sí llegan, se desvanecen con rapidez.

En cambio, las vacunas nasales producen un conjunto especial de anticuerpos, llamados IgA, que prosperan en superficies mucosas, como la nariz y la garganta. Y estos anticuerpos pueden desvanecerse más lentamente.

Una vacuna administrada con un nebulizador podría recubrir todas las vías respiratorias, incluidos los pulmones, con anticuerpos IgA. “No es solo la punta de la nariz lo que se protege”, dijo Iwasaki.

Se ha acumulado evidencia que respalda a los anticuerpos IgA como la clave para prevenir infecciones. En un estudio, Gommerman y sus colegas descubrieron que solo alrededor del 30 por ciento de las personas tenían anticuerpos IgA detectables después de recibir una segunda dosis de la vacuna.

Quienes tenían niveles más bajos de IgA después de un mes de la segunda dosis tenían más probabilidades de desarrollar una infección posvacunación. Los niveles de anticuerpos IgG parecían no tener impacto en el resultado.