Hoy es uno de los peores días de esta gran familia que es Primera Línea. Se nos fue Lucas Audisio, casi sin aviso, sin la posibilidad de que podamos despedirnos, sin la lógica que tiene toda muerte temprana.

Hoy más que nunca sentimos que la vida es injusta, porque vivimos en el engaño de creer que nuestra existencia debe tener algo de justicia. Creemos que las personas buenas merecen cosas buenas y que solamente las personas malas deben ser castigadas. Estamos convencidos que, si hacemos buenas obras, el universo está en la obligación de devolvérnoslas. Creemos que existe cierta justicia universal que da a cada quien lo que cada quien se merece. Pero los días como el de hoy nos dan un cachetazo de realidad terrible y nos hacen maldecir la vida misma.

Y no estamos dispuestos a asumir esta verdad cuando a quien hay que despedir es a un hermano del alma. Ni hace falta decir lo bueno que era, cualquiera que lo haya conocido sabe que no mentimos. Y ni siquiera vamos a detenernos para hablar del periodista, uno de los más brillantes de la nueva generación. Porque por sobre todas las cosas, Lucas era una persona de bien, esas que no saben lo que es hacer el mal, el que te mostraba que la calma también puede ir de la mano de las fuertes convicciones. Era el tipo con el que podías hablar de cualquier cosa y siempre tenía una opinión propia y analizada.

Es el mismo tipo al que la fatalidad le había mostrado su peor cara una y otra vez en los últimos años, pegándoles balazos muy cerca, pero a pesar de eso siempre los había esquivado. Pero ese destino inescrupuloso seguía al acecho. Hoy, cobarde e irrazonable le dio la última puñalada, y no se lo merecía, ni hoy ni nunca.

Lucas era todo lo que estaba bien, y decir que lo vamos a extrañar no es una frase hecha, será la realidad de cada uno de nuestros días a partir de hoy, porque como si el destino estuviera ensañado con Primera Línea, hoy se cumple un aniversario más de la muerte de otro compañero de tareas, José Antonio “Pocholo” Barreto, nuestro Jefe de Deportes que nos dejó en el 2020.

Buen viaje Lucas, saludos a Pocholo, y esperen para ese picado que seguramente en algún momento vamos a disfrutar, esta vez con la promesa de que no habrá cambio- castigo.

Carlos Minich