“Santa Javelin”, el arma antitanques ucraniana

Las imágenes de soldados ucranianos portando lanzamisiles Javelin al hombro le han dado la vuelta al mundo: esta arma antitanque capaz de perforar los blindajes más sofisticados, particularmente útil en un contexto de guerrilla, se ha convertido en el símbolo de la resistencia ucraniana contra la invasión rusa.

Los países occidentales, que quieren apoyar militarmente a Ucrania sin entrar en conflicto directo con Rusia, han multiplicado las entregas de armas al ejército ucraniano desde que comenzó la invasión rusa el 24 de febrero. A eso se suman otros envíos de semanas anteriores a la ofensiva.

Según un alto funcionario estadounidense, los ucranianos ya han recibido 17.000 armas antitanque desde varios países occidentales.

El martes, un día antes del anuncio programado del presidente estadounidense Joe Biden de apoyar con 800 millones de dólares en ayuda adicional para seguridad, un alto funcionario de la Casa Blanca dijo que Estados Unidos había entregado alrededor de 2.600 misiles Javelin a Ucrania durante el año pasado.

Las fuerzas ucranianas también recibieron miles de misiles NLAW británicos, AT4 y Carl-Gustav de fabricación sueca, Panzerfaust alemanes y Instalaza C90 españoles.

“La Santa Javelin”

Sin embargo, el arma preferida es la estadounidense Javelin (jabalina en inglés), a tal punto que un meme que circula en las redes sociales la ha transformado en un ícono religioso en manos de María Magdalena, santa emblemática de la tradición ortodoxa.

Convertida en “Santa Javelin”, protectora de Ucrania, la figura religiosa dispara uno de estos misiles en los colores amarillo y azul de la bandera ucraniana.

Símbolo del apoyo de Estados Unidos, el aliado más poderoso de Ucrania contra Rusia, el lanzamisiles Javelin es bien ponderado por militares debido a sus características técnicas.

Equipado con dos cargas explosivas, puede perforar los tanques más sofisticados del mundo, particularmente los tanques rusos T-90, cuya armadura explosiva reacciona al impacto de un proyectil para reducir o detener su perforación.

La primera carga del Javelin explota al contacto con el tanque y libera la segunda carga, aún más fuerte, que perfora la armadura.

Tiene un alcance de 2.500 metros y se puede utilizar en modo de ataque directo para destruir una pared o, si se apunta hacia arriba, para derribar un elemento que vuele a baja altura, como un helicóptero.

También se puede utilizar en modo de ataque indirecto, cuando el misil se eleva hasta 160 metros y cae sobre el objetivo en vertical, como la jabalina de los legionarios romanos.

Es esa trayectoria la que la convierte en un arma formidable contra los tanques porque la compuerta se abre en el techo, donde el vehículo es más vulnerable.

Como un videojuego

Es más ligero que otros sistemas antitanque que requieren un trípode, por lo que el Javelin se puede llevar al hombro.

El proyectil es expulsado a pocos metros del tirador antes de que se active el sistema de propulsión, lo que permite que el soldado pase más desapercibido y que se pueda usar incluso desde el interior de un edificio.

Es del tipo “dispara y olvida”, que permite asignar el objetivo antes de disparar y luego es totalmente autoguiado. El tirador puede ponerse a resguardo incluso antes de que el misil alcance su objetivo.

Según un soldado estadounidense consultado por la AFP, es muy fácil de usar. “Si has jugado videojuegos, puedes usarlo”, explica.

Además, a diferencia de otras armas de misiles, desechables después de su uso, el Javelin tiene una unidad de control de tiro, equipada con GPS, cámara infrarroja y zoom motorizado que es varias veces reutilizable.

En esa unidad se adjunta el tubo que aloja el misil desechable.

La unidad de comando es valiosa porque “aún podemos usarla cuando no tenemos más municiones, para monitorear y observar” al enemigo, señala el soldado estadounidense.

Ensamblada por los fabricantes estadounidenses Raytheon y Lockheed Martin, el lanzamisiles Javelin cuesta 178.000 dólares cada uno, e incluye el sistema de lanzamiento y el misil, según el presupuesto del Pentágono para 2021.

Cada misil de reemplazo cuesta unos 78.000 dólares.