Se trata de Erika Rischko. A partir del confinamiento, y apoyada por su familia, comenzó a compartir sus videos y no tardó en volverse viral.

Erika Rischko es una abuela de 81 años y, desde el inicio del confinamiento, su fama comenzó a crecer a nivel mundial. Sucede que, acompañada por sus familiares, decidió empezar a compartir sus rutinas de ejercicios en las redes sociales.

Tiempo después, la experiencia se le había ido de las manos. Había superado los 140 mil seguidores y sus grabaciones no dejaban de sumar millones de seguidores. Había nacido una influencer.

Oriunda de la ciudad de Langenfeld, Alemania, Rischko trascendió las fronteras y apareció en el programa de televisión estadounidense Good Morning America. “Esto es una locura. Jamás soñé con una repercusión así”, contó allí.

Y sumó que hace sus videos “solo para divertirse”. Además, indicó que su actitud frente a la vida se basa en el lema “cuanto más vieja, más chiflada”. Pero también aseguró que su energía llega de la fuerza que le deja la gente en las redes sociales.

“Todo el mundo tiene algo de espacio en su casa para hacer algún tipo de ejercicio. Siempre hay posibilidades de hacer alguna cosa y también hay muchas ideas en Internet. Por ejemplo, las sillas son estupendas para trabajar los tríceps”, cuenta Rischko.

Frank Schneider, alcalde de Langenfeld, aprovechó la oportunidad para destacar a su reconocida ciudadana. “La señora Rischko demuestra que nunca se es demasiado viejo para el ejercicio físico. Ella es un buen ejemplo para pasar estos tiempos difíciles de una manera útil, porque se sabe que el movimiento es bueno para el alma y para el sistema inmunológico. Necesitamos más que nunca esos impulsos positivos”, dijo orgulloso.