Fontana: subió a una antena y denunció abuso de poder

Un comerciante de Fontana, subió a una antena de telefonía y amenazó con arrojarse, en una situación que mantuvo un elevado nivel de tensión por más de una hora.

Ariel Mareco llegó hasta la antena ubicada en García Merou y Güemes, en el barrio 222 Viviendas, minutos antes de las siete de la tarde, y escaló hasta quedar suspendido casi en la punta.

Desde las alturas comenzó a viva voz a hacer públicas sus demandas: reclamaba las presencias de la intendente Patricia Rodas y de la fiscal Griffith Barreto, que entiende en las causas surgidas por violaciones a las medidas Covid.

Hasta el lugar llegó rápidamente la policía de Fontana y luego el grupo táctico del COE. Un negociador de la fuerza entabló un complicado diálogo con el comerciante, ya que la oscuridad no permitía verse entre ellos y no contaban con megáfono, por lo que todo fue un intercambio de gritos en la penumbra.

Mareco contó que tiene un drugstore (maxi quiosco) y que desde hace más de un año atraviesa serias dificultades para mantener su actividad a raíz de las medidas y restricciones sanitarias.

Dijo estar ‘cansado‘ de que no lo dejen trabajar, e hizo referencia a una reciente sanción recibida, el pasado fin de semana, que incluyó el secuestro de su motocicleta y su detención.
El negociador le pedía que mantenga la calma y baje, garantizándole que se encontraría una solución a sus problemas. Pero Mareco no desistía.

A la tensa negociación se sumaron un hermano y un amigo de esta persona. El amigo, apodado ‘Pelado‘, abordó el diálogo por el lado más íntimo, hablándole de su familia, principalmente de sus dos hijos.

‘Ellos necesitan que su papá esté vivo, no seas boludo, bajá, te están esperando‘, le dijo. El mensaje sin dudas llegó a Ariel que al responder pareció quebrarse. Pero igual se negaba a bajar.

El negociador le pidió entonces a Ariel que al menos baje unos metros para poder estar un poco más seguro, pero el joven le respondió que estaba demasiado cansado y sin fuerzas para hacerlo. Esa frase generó más alarma.

El funcionario policial insistió entonces en que al menos dejara subir a un operador del COE que lo amarraría con un arnés. Este pedido fue rechazado una y otra vez por el comerciante, hasta que -tal vez consciente de que sus fuerzas se agotaban- aceptó.

Desde la base de la antena un rescatista del Comando Especial de Operaciones comenzó a subir. El efectivo llevaba además una campera. En las alturas, el efectivo rodeó con la cuerda al joven y la aseguró a la estructura, además le puso la campera.

Pasarían unos minutos más hasta que Ariel finalmente bajara acompañado del rescatista. En el suelo lo recibieron otros agentes y un médico policial que lo sujetaron y lo hicieron sentarse para una revisión en el lugar. También se acercó el ayudante fiscal, a quien Ariel expuso su situación y la de otro comerciantes como él ‘azotados por las medidas y ordenanzas por la pandemia‘.

‘Un año llevo reclamando y presentando notas a la intendente y siempre me evade. Así como pidió votos, también tenía que tener la amabilidad de atenderme a mí y a todos los que estamos pasando esta situación. Solo queremos que nos dejen trabajar‘ les dijo Ariel, disculpándose además por toda la situación que lo tuvo como protagonista.