Gordofobia vs. Diversidad corporal

¿Qué significan estos conceptos? ¿Cómo se relacionan? Cuál es la construcción social que hay detrás de estos términos.

La gordofobia es el odio, rechazo y violencia que se ejerce sobre los cuerpos de las personas gordas por estar fuera de la “norma”. 

Es una forma de discriminación basada en la creencia de que hay una única forma de cuerpo “ideal” a la que todas las personas deben ajustarse.

Esta discriminación reproduce el prejuicio de que las personas son gordas por falta de voluntad o por descuido, por no hacer el esfuerzo suficiente para ser delgadas. Desde esta perspectiva, el peso se asume como una expresión de la personalidad, y al mismo tiempo como un supuesto indicador de salud que bajo el argumento del cuidado, termina fortaleciendo el rechazo social.

La discriminación hacia las personas gordas, entonces, no solo excluye y obstruye derechos, sino que también -al estar relacionada con el modelo hegemónico de belleza y normalidad- refuerza la estigmatización de la diversidad corporal, generando culpabilización y malestar en la mayoría de las personas.

Además, la gordofobia se incrementa cuando se trata de cuerpos femeninos. El aspecto físico se vuelve un determinante crucial y se vuelve una forma de violencia: la violencia estética.

“La gordofobia es una opresión omnipresente: ocupa todos los espacios, todo el tiempo. Los gordos la sufren las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana. En casa, en la calle, en el médico, en el trabajo, con todas las limitaciones que implica y con todo el peso de la discriminación cayéndoles encima. La gordofobia es una forma de violencia social que sitúa a las personas gordas en un lugar de vulnerabilidad, se considera que los cuerpos gordos son insanos, incapaces, desagradables o descuidados y eso fomenta un estigma que se manifiesta en experiencias de limitación de las personas en las diferentes esferas –afectiva, sexual, laboral…– de sus vidas” escribe Rosa Martí en la revista Esquire.