Panaderos plantean  una actualización de precios

“No queremos azuzar a la gente con que vendrán aumentos, al contrario, les contamos cómo estamos”, explica el secretario del Centro de Panaderos Ricardo Eiden.

En un pronunciamiento el Centro de Panaderos expone la situación del sector y la necesidad de “actualizar precios”.  Un integrante de la conducción que asegura que no se definió un porcentaje de aumento del pan, sino una apertura criteriosa en la que esa decisión ‘corre por cuenta de cada panadería’.

Ante un escenario de “creciente incremento de precios en los insumos y el inicio de una alta y sostenida inflación” se impone una actualización permanente de valores para sus productos, plantean en un escrito.

La nota firmada por el presidente Diego Ballesta y el secretario Ricardo Eiden indica que de su parte darán la voz de alerta e informarán a los asociados sobre los costos de producción para que cada uno adecue sus precios de venta.

“La realidad nos dice que nuestras panaderías siguen acumulando deudas previsionales y fiscales, e incrementando también deudas con proveedores. Estamos todos temerosos porque se acerca el final no querido”, describen.

Disparidad de casos 

La actualización de los precios está abierta porque según se analiza desde el centro que nuclea a la actividad, hay situaciones diversas.

“Hay panaderías que se quedaron muy atrás, por falta de movilidad, y algunas cerraron. En ciertos casos de habla de un 10% de incremento en sus productos”, explica Eiden.

Origen de los costos 

El precio de la harina es tan solo una de las variables que movilizan la suba. Esa materia prima representa el 30% del

costo de un panificado y es de los ingredientes indispensables que sigue aumentando.

Para las panaderías es inminente que por una bolsa de 25 kilos haya que pagar mil pesos si se tiene en cuenta que hace una semana ya había llegado a los $960.

Producción perecedera 

El secretario de la entidad asegura que existe mucha incertidumbre sobre lo que vendrá con precios que se mueven todos los días y esa misma falta de certeza se traslada a los insumos.

“Producimos todos los días y no podemos estoquearnos para revender. Trabajamos con materia prima que es perecedera. Cada día se abre el local con producción ya hecha”, plantea.

Por otra parte se les presenta la contra de que si no se suben los precios en mostrador, se siguen achicando los márgenes cada vez más. “Todo es incierto, solamente se avisa a los consumidores para estar atentos a la situación. No queremos azuzar a la gente con que vendrán aumentos, al contrario, les contamos cómo estamos a quienes nos siguen comprando”, repara. Por esta situación y a una escala más amplia el Centro pide a las autoridades que “la ciudad vuelva a moverse”.

Que vuelvan las clases presenciales

Como en ocasiones anteriores la dirigencia del Centro de Panaderos aboga por una mayor apertura de las actividades presenciales. Entre ellas se encuentra el pedido por el regreso de alumnos a las escuelas.

“Sin bajar los brazos en torno a los cuidados de la salud, porque aún falta para que las vacunas aseguren menos riesgos, sobre todo para las personas mayores”, se enuncia en un comunicado.

Con la firma del presidente Diego Ballesta el escrito señala que para los afiliados a la entidad “no hay otro camino para lograr el retorno a la normalidad”.

Al margen de algunas panaderías que proveen a los servicios de comedor o refrigerio, desde el sector se sostiene que la reapertura de la actividad escolar genera una importante movilidad.

“La vemos todos. Estoy cerca de una plaza y de una escuela, y cuando hay clases en tres turnos, tanto los estudiantes como sus familiares y los docentes crean un movimiento que ayuda a toda la economía”, asegura Ricardo Eiden, secretario del Centro de Panaderos.

Además se cita el caso de un comercio del rubro que funciona cerca del campus universitario de la UNNE y que desde la declaración de pandemia advierte una merma en las ventas.

“La educación, más allá de que podamos retomar las clases, es también una actividad que genera una importante movilidad en la ciudad. Que la gente vuelva a la calle es una necesidad, siempre manteniendo las medidas sanitarias. El país se tiene que volver a activarse”, subraya Eiden.

Lo mismo ocurre con la administración pública. Con la recuperación de la atención presencial se traslada más población desde los barrios hacia el macrocentro.

 

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